capitulo 21

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Sólo porque aprendí a vivir sin ti, no

quiere decir que alguna vez realmente lo haya querido hacer.

– Grey (I miss you)

•••

La escena más horrible de mi vida la viví en ese momento, todo se vino abajo en un chasquido de dedos, me derrumbé a tus pies y te sostuve contra mi pecho durante minutos eternos, en los que mis ojos no dejaron de mojar tu cabello y la mujer que te dió la vida gritaba desesperada al ver como ahora de la arrebataban.

Fuiste fuerte por ambos, no te dejaste vencer.

Ella me dijo que no me fuera, que tenía que estar allí para presumir lo brillante que podían llegar a ser tus ojos al verme. Pero, tu ahí, inmóvil, teniendo tu hermoso cuerpo cubierto de su amor enfermizo, me llenó el alma de rencor, un rencor que no me dejó pensar con claridad.

Incluso si jamás podía volver a verte, el sentimiento se apoderó de mi cuerpo y la rabia acumulada hacia su persona me cegó a tal grado de presionar con fuerza su garganta, su vida quedó al borde de mis manos, como la vida de mi padre estuvo alguna vez en las suyas.

Sin embargo, no pude hacerlo, salí de aquel cuarto escuchando los jadeos exagerados que hacía al buscar llenar sus pulmones de aire.

Condena eterna, viva o muerta.

Mi prioridad los siguientes días fue permanecer a tu lado, esperando pacientemente que despertarás para poder sentir que mi corazón lo hacía contigo. E incluso si cabía la posibilidad de que no me escucharas, yo sabía que lo harías de cualquier forma, así que me volví tu parlanchín oficial durante largas horas, como tú lo eras para mí en esas noches de consuelo que estúpidamente exigía.

Recuerdo que pasábamos el tiempo charlando de cosas triviales, tus películas favoritas, el nombre de tus futuras mascotas, el como te vestirías cuando tú primera entrevista de trabajo surgiera o los castigos poco crueles que nuestros hijos conseguirían cada que hicieran una travesura.

Sobre la primera vez en que nuestras miradas se cruzaron, no se quisieron abandonar después de ello, buscando encontrarse con la contraria cada vez que pudieran.

Yo siempre dije que tus ojos fueron los responsables de que mi corazón se agitara al conocerte y tú siempre dijiste que había sido la personalidad encantadora que desbordabas con naturalidad. En realidad, todo de ti es encantador, nunca te lo dije.

Solíamos recordar cosas del pasado que simplemente no podíamos, ni queríamos, olvidar. Nuestro pasado nos convirtió en lo que éramos, nuestros recuerdos avivaban el temor profundo que nos teníamos el uno al otro, no debíamos olvidar.

Entonces, ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué olvidaste, mi amor?

Me arrepiento de no haberte seguido aquel día, definitivamente hubiera dolido menos que ahora. Porque cuando pude volver a ver tus ojos, ellos me miraron sin brillo alguno y me destruiste como yo te había destruido tiempo atrás.

—¿Quién eres?—dijiste y debiste confundirte en demasía cuando mis ojos empezaron a enrojecer por tus palabras.

Soy un desconocido, justo como tú lo fuiste para mí alguna vez.

Así de doloroso era no poder acercarme a ti, no poder tocarte, no poder besarte, observar de lejos como tú sonrisa era dedicada a otras personas, porque todos a tu alrededor de pronto se habían vuelto amables y todos lo que alguna vez estuvieron en tu pasado de manera más honesta, habían tenido el valor de quedarse a tu lado.

Me arrepiento de haberte dejado olvidar, pensando que sería lo mejor que podría hacer por ambos. Porque ahora tú miras con esa mirada dulce a otra persona y yo sigo aquí, intentando no romper las reglas, esas que Changbin te puso para que lograras superarme.

No llamaré a tu celular incontables veces. Aún si cada que veo tu nombre en mis contactos, mi necesidad de oír tu voz esté presente.

No tocaré a tu puerta para que me dejes entrar. Tu madre podrá reconocerme, pero tú indiferencia logrará quebrarme de cualquier forma.

Ni siquiera me convertiré en tu amigo. Aunque espera, Changbin me ha dicho que no cumpliste con esa. Pero qué importa, cumpliste tu cometido de todos modos.

Lograste superarme.

He aquí el problema ahora, yo no puedo hacerlo. Es mi turno, tengo nuevas reglas y se supone que debo seguirlas.

Pero, te extraño.

Y una promesa es una promesa, el tiempo es corto para sentir miedo. Tú cargas en el cuello nuestro compromiso, probablemente sin saber lo que significa. Te haré recordar, momentos tristes y felices, seremos dos osados que se atrevieron a romper las reglas.

Muchos gusto, Kim Seungmin.

Dime que lo sentiste, ha sido exactamente igual a la primera vez. Me tocará el riesgo de salir herido, déjame empezar de nuevo, dime que lo harás.

Mucho gusto, Lee Minho.

•••

FIN

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