Era sábado por la noche cuando Soobin fue a visitar a Taehyun, iba a pasar la noche con él para que no se sintiera solo y si por alguna razón presentara alguna complicación, poder ayudarlo, ya que sus padres debían estar muy cansados.
Tan solo lograron hablar un par de horas cuando el sueño venció al mayor, Taehyun se quedó viendo el techo de su habitación, no podía dormir al sentir una rara presión en el pecho, pero se mantenía tranquilo para no molestar a su amigo.
Estaba haciendo su máximo esfuerzo para no levantarse de la cama y poder descansar, hasta que tuvo la desagradable sensación de que algo subía por su garganta. Sin contenerse más se incorporó y caminó al baño, botó un par de pétalos de amapola y cerró los ojos con fuerza para ignorar el ardor que dejaba el hilo de sangre que seguía saliendo por su nariz y boca.
Cuando creía que se había detenido, volvió a tener la sensación de estar a punto de vomitar, excepto que esta vez le estaba cortando la respiración por completo. Se puso una mano en el cuello e hizo presión por cuenta propia, pero no volvía en sí. Entró en pánico.
Tosió con todas sus fuerzas y finalmente logró escupir sangre para tomar aire. Estaba mal y lo sabía, necesitaba ayuda; si pudiera describir la situación, sería como si un auto pasara por encima de su pecho. Jamás se había sentido tan enfermo como ahora, esta vez sabía que no iba a soportarlo.
Sin poder articular palabras, tomó una pequeña botella de vidrio de la estantería más cercana y la lanzó al suelo haciendo que estallara.
El sonido del vidrio roto logró despertar a Soobin, quién se levantó asustado, tardó unos segundos en adaptarse a la luz, cuando logró distinguir la figura de Taehyun en el suelo, con sangre manchando su ropa y luchando para mantener los ojos abiertos, sintió que el alma se le salía del cuerpo.
En menos de un segundo se encontraba tomándolo en sus brazos para que su cuerpo no se desplomara por completo, e hizo suficiente ruido para llamar la atención del resto de personas de la casa. Los padres del pelinegro tardaron unos minutos en entrar a la habitación y llamar a una ambulancia.
- D-duele - susurró sin fuerzas el menor.
- No digas nada, tranquilo, vamos a ayudarte - Soobin era su único pilar ahora - Resiste.
Los segundos parecían años en ese momento, pero cuando Taehyun comenzó a ahogarse de nuevo, la angustia se convirtió en una eternidad. Antes de que lo notara, los paramédicos lo estaban separando del cuerpo inconsciente de su amigo.―✿―
Beomgyu usó su tiempo libre del fin de semana para investigar más a fondo sobre el Hanahaki, encontrando casos particulares y las posibles soluciones.
Le sorprendió un poco ver que era una enfermedad poco común, y que menos de la mitad de la población la llegaba a padecer.
Un escalofrío le recorrió la espalda cuando notó que una minoría logró narrar su experiencia de supervivencia en los foros dedicados a la enfermedad. La mitad de ellos presumían de su historia de amor con aquella persona especial, mientras la otra mitad explicaban cómo fue su proceso médico durante la cirugía, la "cura", y como estaba había sido la mejor opción ya que nunca volvieron a saber de la persona de la cual se enamoraron.
Ahí fue cuando el castaño descubrió lo que implicaba tratar directamente con la infección. Por suerte él ya estaba practicando cómo confrontar a Taehyun, por lo que solo podía esperar lo mejor.
Ni siquiera se tomó la molestia de leer todas las otras historias del foro, aquellas que estaban narradas por terceras personas lamentando la pérdida de sus amigos o familiares. Incluso algunas narradas por los enamorados de las víctimas, quienes se arrepentían por haber estado tan cegados, por haberlos dejado morir.
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Hanahaki ; taegyu
FanfictionLas personas que padecen de Hanahaki, tosen pétalos como respuesta a un amor unilateral. La única cura antes esto es una cirugía que retira las flores del cuerpo, pero también se lleva consigo los sentimientos del enfermo. Si no se es correspondido...