Renegade [Amazing Spider-Man]

Ｉ- La Gran Manzana

'Ya tienes todo lo que necesitas?' Preguntó Abigail a Amy en la estación de autobuses, mientras está última cargaba con bolsos y mochilas, a punto de subirse al autobús que la llevaría a la gran ciudad.

'Es imposible que me olvide algo bajo tu cuidado.' Dijo la joven Amy mientras sonreía a su hermana 'Y si lo hago, se que te aparecerás en mi dormitorio para dármelo. ¿Me equivoco?' Se encargo de decirle eso a su hermana con una sonrisa en su rostro, para  que esta sepa que no se lo dice con mala intención.

Desde que es una niña pequeña Amy supo que se iría a estudiar a otra ciudad; aunque a los diez años soñaba con irse a la otra punta del país, su prioridad ahora era quedarse lo mas cerca de su hermana que podía, y un viaje de 4 horas en autobús sonaba muy bien. Amy tenia una muy buena oferta para estudiar en su natal Boston, pero sabia que su hermana no querría que ella le dijera que no a su sueño de estudiar lejos de casa para quedarse a cuidar a su hermana mayor.

'Me conoces bien pequeña' Logro decir Abigail antes de que la voz se le quebrara, y es que su única familia se iría a cumplir su sueño a la gran manzana, pero antes de quebrarse en frente de su hermanita recordó lo peligroso  de la ciudad y rápidamente musito 'Y llámame cuando llegues a la ciudad, y cuando te instales y cada vez que una de esas locas personas ataque la ciudad para decirme que estas a salvo.' Lo cual logro que La mas joven soltara una carcajada antes de darle un beso de despedida a su hermana para despedirse y finalmente subir a su autobús.

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'El viaje estuvo bien,' Llego a decir Amy en el teléfono, viendo a unos metros el enorme edificio de la universidad, y sabia que tendría que colgar el teléfono para por lo menos abrir la puerta 'ya estoy llegando a la universidad ¿Puedo llamarte cuando me instale?' Apenas escucho el saludo de su hermana corto el teléfono y lo guardo para adentrarse en la universidad Empire State y su campus, que era la hermosa isla de Manhattan.

Mientras ella entraba al edificio y buscaba toda la información que necesitaba en la administración, sentía que su vida estaba dando un giro de 180 grados, y es que Amy durante el viaje aun no caía en que esta vida ahora era la suya. Sabia que no iba a vivir un drama como sex and the city situado en la gran ciudad, pero seria la primera vez que estaria por su cuenta en cualquier lugar, y eso era lo unico que la emocionaba en ese momento, poder conocer persona, poder conocer la ciudad, poder crear recuerdos, y lo más importante para ella, poder estudiar química como siempre quiso, desde que era una niña. Y es raro que cualquier cosa que uno quiera de pequeño lo siga queriendo cuando es adolecentes o adulto, pero su pasión por las ciencias era más fuerte que cualquier otra cosa.

La habitación que le asignaron era la 113, lo cual sólo lograba hacerla sentir aún más emocionada. Cuando llegó no sabía si tocar la puerta o simplemente pasar, nunca había compartido habitación antes, y mucho menos con una completa desconocida. Amy simplemente pasó al que sería su cuarto por los próximos cuatro años y allí estaba ella, su compañera volteó a verla y la recibió con una sonrisa. El miedo por compartir habitación se había esfumado.

'Hola!' Dijo la alegre chica, acercándose a Amy para abrazarla y ayudarla con sus bolsos. 'Soy Daisy, es un gustó conocerte'

Cuando se separaron del abrazo la alegría y buena energía de Daisy se sintió en toda la habitación. Amy reconocía en su compañera el mismo entusiasmo por conocer nuevas personas, y la ciudad y simplemente por vivir.

'Yo soy Amy' Dijo la rubia mientras dejaba sus bolsos sobre la cama, tal como lo había hecho Daisy. 'Y el gustó es mío, estoy emocionada porque seamos compañeras' Las sonrisa en las caras de ambas eran genuinas y llenas de emoción.

Y así se les paso todo el día a ambas jóvenes, Amy incluso olvidó llamar a su hermana y recibió una llamada bastante molesta de está última. Peto a Amy parecía no importarle, lo único que quería era hablar con su nueva amiga sobre que clases tomaban, que harían en la ciudad y la fiesta de bienvenida que estaban haciendo está noche. Amy sabía que quería la independencia de vivir en un dormitorio universitario lejos de casa, pero no sabía que se sentiría tan bien tan rápido. Daisy parecía ser la mejor compañera que le podría haber tocado, ni siquiera llevaban más de 6 horas juntas cuando terminaron de acomodar todo en la nueva habitación y ya estaban planeando que hacer y que lugares recorrer de esta nueva ciudad en su tiempo libre.

Amy se sentía feliz y libre por primera vez en mucho tiempo, como si estuviera volando por los aires de esta ciudad, acompañada de Daisy para darle el apoyo y las buenas energías que esta necesitaba. Y mientras pensaba en lo afortunada que era y en su felicidad llegó la hora de la fiesta y ambas estaban listas. Esta ciudad la había convertido en un lienzo en blanco y Amy ya quería descubrir que le separaba para el futuro.