-Capitulo 1-

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Mis ojos recorrieron el reflejo de mi cara en el espejo. Verme igual desde los 13 años hacía que el cabello marrón despeinado me resultara muy familiar. Y el despertarme así desde que tengo memoria también le daba cotidianidad.

No consideraba estos sueños como pesadillas, no me daban miedo, solo hacían que me despertara desconcertada.

¿Cómo podían darme miedo si eran siempre lo mismo?

Mi hermano, un bicho raro, la calle, mi hermano cayendo, la chica de ojos plateados, boom me despierto.

Pero igualmente había algo que no me cerraba, algo que me hacía pararme de mi cama todas las noches. El problema es que todavía no sabía que era.

Volví a mi habitación, lanzándome arriba de la cama. Lo bueno de que nadie quisiera ser mi compañera de cuarto era que podía hacer todo el ruido que quisiera sin preocuparme por nada.

Lo malo era que no querían compartir cuarto conmigo porque me tenían miedo.

Y ahora se preguntaran ¿Cómo le pueden tener miedo a una chica de 16 que mide menos de 1.70?

Fácil, todos creen que mate a mi hermano... Si, así de dramático.

Pero antes de llegar a ese punto de mi historia, creo que debería presentarme.

Hola, soy Layla Clair, bueno, Laila, con I, Clair. Pero siempre preferí el Layla con Y. Tengo 16 años y desde que tengo memoria vivo en el orfanato ¨Familia Feliz¨ en Doncaster (Irónico, ¿no?)

Hasta los 8 años, estuve acompañada de mi hermano, Andrew. Pero un día él solo desapareció, dejándome sola en este infierno lleno de niños esperanzados, matones con poca capacidad mental y cuidadoras amargadas porque no están estudiando medicina en universidades lujosas.

No sé qué le pasó a mi hermano. Un día estaba conmigo, y al siguiente me desperté y él había desaparecido. Todos dicen que nos vieron salir del orfanato en la madrugada, de ahí los rumores de que yo fui quien lo hizo desaparecer, pero yo no tengo recuerdo alguno de verlo en la noche. Únicamente la fea memoria de levantarme en la mañana y ser castigada por ''Ayudar escapar a mi hermano''. Todo porque le caía mal a la mayoría del lugar; y como no tenían nada mejor que hacer, el lugar se dividió entre los que creían que Andrew había escapado, y los que creían que yo era una niña loca y había cometido homicidio.

Sea cual sea la razón por la que mi hermano se fue, Andrew nunca se despidió, y nadie se centró en darme una explicación, nadie me dio mi momento para llorar, solamente me castigaron.

¿Ya se imaginan lo mucho que aborrezco este sitio, no?

Pero igualmente sigo aquí ¿Por qué? Porque aún no tengo a donde ir.

Mi hermano, que olvide mencionar: era 7 años más grande que yo, decía que apenas cumpliera la mayoría de edad, conseguiría una casa y nos iríamos de este infierno. Pero desde que desapareció, y los rumores de que yo lo había... ya saben, empezaron a crecer, a la gente le empezó a dar miedo adoptar a la niña loca que pasaba todo el tiempo alejada de todos, sin casi hablar y que se metía en líos solo por respirar.

''¿Y mis padres biológicos?'' Se preguntarán. De ellos no sé absolutamente nada, mi hermano se negó toda su vida a contarme cualquier cosa, así que para mi ni siquiera existían. Aunque muchas de las institutrices pensaban que por nuestra diferencia de edad con Andrew, mis padres probablemente me tuvieron muy viejos y se dieron cuenta de que no podían encargarse de niños.

Si, nos decían a la cara que habíamos sido una molestia para nuestros padres. La gente es horrible aquí.

Y no solo los niños, los huérfanos que deberían ser mis ''mejores amigos'' o mis ''hermanos'' pero que en realidad solo se dedicaban a hacerme la vida imposible porque según ellos les había arruinado todo al llegar. Si no también las mismas autoridades. Nunca conocí a alguien peor que la señorita Mitchells, o Marisse, la cocinera. Y ni hablemos de la directora del orfanato, Miss Henkins, una completa bruja.

Clair de Lune - Luna NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora