VEINTIUNO.

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘-𝐎𝐍𝐄

°⋆∴☽°:۵≼

i. así que no emocionalmente listo !

—ANTHONY NO PODÍA NEGAR ESTAR CANSADO POR LA MAÑANA, porque definitivamente lo estaba

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ANTHONY NO PODÍA NEGAR ESTAR CANSADO POR LA MAÑANA, porque definitivamente lo estaba. Aunque, mientras se cepillaba los dientes y entrecerraba los ojos a la luz del baño, se recordó a sí mismo que era culpa suya y que las ojeras bajo sus ojos eran una simple repercusión.

Cuando Bella se unión a él, agarrando su cepillo de dientes con el cabello desordenado, Tony no pudo evitar notar la forma en que sus manos temblaban mientras realizaba su rutina matutina.

Sin duda había descubierto lo que eran los Cullen.

Tony quería decir algo, tal vez asegurarle que los Cullen no era tan malos como ella pensaba. Pera ella nunca se lo mencionó, así que no se molestó y miró hacia otro lado cuando dejó caer el cepillo de dientes en el fregadero.

Tal vez sonaría mejor viniendo de un Cullen de todos modos.

Aunque estaba un poco molesto porque Isabella no estaba compartiendo lo que había encontrado. Especialmente con él.

Aunque en el fondo de su mente sabía que ella iba a confrontar a Edward en su lugar.

Anthony deseaba desesperadamente poder odiar a Edward por estar tan cerca de Bella, pero después de pasar tantos almuerzos con el chico era como si no pudiera encontrarlo en sí mismo.

Se respetaban el uno al otro en cierto modo, y Tony reflexionó sobre ese pensamiento mientras comía su cereal y observaba a Isabella ocuparse de limpiar los platos que habían quedado en el fregadero.

Había una ligera neblina sobre Forks después de que lloviera durante la noche. Le dio al área una atmósfera tranquila y ligeramente espeluznante.

Entonces Tony miró por la ventana hacia el mundo húmedo. Todo era verde, negro y marrón fangoso. Como siempre fue.

Hasta que un nuevo color apareció en su línea de visión, rojo cereza. Se detuvo frente a la casa y se detuvo.

Anthony, habiendo terminando su cereal, tomó el tazón y lo puso en el fregadero antes de agarrar su mochila escolar y apresurarse a ponerse los zapatos y salir por la puerta principal.

Una vez que su visón no estaba siendo obstruida por la ventada cubierta de neblina, cuando cerró la perta principal detrás de él, la mancha rojo cereza se convirtió en el convertible de Rosalie.

Cuando Tony se aceró, dos mujeres salieron del auto.

—¡Hola Tony!—Alice saludó mientras se apresuraba a saltar y saludar a su mejor amigo con un fuerte abrazo.

—¡Hola, Ángel!—el se rió entre dientes y envolvió sus brazos alrededor de ella por un momento antes de saludar también a Rosalie, quien lo saludó con una sonrisa e inclinó la cabeza.

WAY DOWN WE GO ↬ (Jasper Hale) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora