CAPÍTULO II

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– Disculpa, ¿puedo sentarme?– pregunta el mismo chico al que un momento atrás admiraba embelesada– No hay muchas mesas disponibles– termina.

– Emh... Si claro, no hay problema– digo y ahora que está cerca puedo detallarlo mejor.

Vaya es realmente lindo, tiene unos ojos azules como el mismo océano, nariz respingada, labios delgados y sus largas pestañas, que envidia yo tengo que aplicar rimel para que mis pestañas luzcan así.

– Gracias, no había lugar para sentarme– expresó curvando sus labios en una sonrisa de boca cerrada.

– Descuida, me llamo Bianca– saludo extendiendo mi mano sobre la mesa.

– Luigi, un gusto conocerte Bianca– responde tomando mi mano– Lindo nombre– termina soltando mi mano.

– Gracias, Me lo dicen a menudo-- le digo sonriendo– Lindos ojos– halago.

– Gracias, me lo dicen a menudo– cita mis anteriores palabras dándome un guiño, y ambos reímos.

– Es extraño ver a una chica como tú, sin compañía– me dice dedicándome una sonrisa coqueta.

– También es extraño ver a un chico como tú, sólo– respondo.

– Tal parece, que somos un par de extraños– termina riendo y yo lo hago también.

Luego de nuestra pequeña conversación, el sonido de la campana nos indicó que debíamos volver a las clases restantes.

– Fue todo un placer conocerte Bianca– pronunció como todo un caballero, mientras tomaba mi mano y plantaba un beso en ella– Esperaré con ansias volver a verte–  no pude evitar el sonrojo que sus palabras provocaron en mi.

– Lo mismo digo– respondí con una sonrisa tímida.

Sin darme cuenta la hora de salida llegó, esperé a Irina durante unos pocos minutos, pero me envió un texto diciendo que iría de compras con unas amigas.

Así que, ahora voy camino a la mansión y mi mente sólo piensa en una cosa.

Los deliciosos spaghetti con salsa Napoli de Alessandra, ese es, sin ninguna duda mi plato favorito.

Tengo tanta hambre que voy a empezar a babear

Al llegar a la mansión, fijo mis pasos a la cocina y un delicioso aroma inunda mis fosas nasales, cuando entro a la cocina observo a Alessandra junto a la estufa.

– Niña Bia, que bueno que llegó, ha de tener hambre– habló con  voz dulce y tranquila.

– Como no tienes una idea– dramatize  mientras me sentaba en el taburete y dejaba caer todo mi peso sobre la isla de la cocina.

– En un momento le sirvo niña– dijo con una cálida sonrisa.

Alessandra es la madre de Luciano, tiene, desde antes de que yo naciera en la mansión, es unos pocos años menor que mamá.

Es una especie de nana para mi, le guardo mucho cariño.

-– ¿Mi madre continúa en la mansión?– pregunté, espero que aún siga aquí, llevo dos días sin verla, ya que estaba en Nápoles resolviendo un inconveniente de la empresa.

– Si niña Bia, justo ahora se encuentra en su despacho– respondió mientras pocisionaba el plato frente a mi.

–¡Muy bien! Primero mi comida, después todo lo demás, no creo ser capaz de dar ni un paso si no ingiero alimento–dije mientras me llevaba el cubierto a la boca.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2022 ⏰

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