un sueño con apellido Hale (Fanfic de Crepúsculo)

La Desconocida.

-Wow, aún no puedo creérmelo -respondió riendo mi amiga. Alejandra.

Después de salir de la habitación en donde estaban mi padre y mis dos tíos, me dirigí de inmediato al cuarto de mi mejor amiga para contarle lo ocurrido con lujo y detalle.

La habitación de ella estaba un poco más decorada que todas las del Palazzo dei Priori. Una cama (que solo ocupaba cuando era necesario con su pareja), un closet en el cuál tenía sus capas, guantes, botas, vestidos y joyas. Y por último un balcón que dejaba a la vista a casi toda Volterra. Ahora estábamos sentadas en su cama mientras ella se cepillaba su ondulado cabello color caramelo.

-Me extraña que un Cullen se atreva a venir solo a Italia —dijo pensativa — De seguro el problema es muy grave para que un luchador como él lo haga de emisario.

—¿Un buen luchador? —pregunté. La verdad era que si sabía luchar tan bien, no tenía idea de cómo mi padre no  había tratado de convencerlo de estar en la guardia.

—Por supuesto amiga, es un luchador muy bueno en realidad. Tanto que ni su propio hermano lector de mentes puede ganarle en una batalla — respondió tranquilamente.

—Nunca he entendido la razón que mi padre quiera que el clan Cullen se una a nosotros si ya tiene una guardia completa de vampiros.

—¿Acaso no es obvio Rori? — pregunto en tono triste, dejó su cepillo sobre su cama y me puso ambas manos en las mejillas —Aro no quiere a ningún clan más poderoso que el de los Vulturis y si te das cuenta los Cullen son poderosos no solo por sus integrantes, sino que por sus dones. Imagínate que su última integrante tiene un escudo, pero no es igual que el de Renata, el escudo de esa chica es contra poderes de ilusión como el de Jane. Tienen un lector de mentes a distancia, una visionaria del futuro e inclusive la más pequeña de todos los Cullen tiene el don de proyectar sus pensamientos.

Eso era lo más duro. Mi padre nunca estaría contento con todos los integrantes que la guardia de los Volturis tenía, ni siquiera conmigo estaba satisfecho.

Me daba envidia esa familia, sé que ese pensamiento arruinaba por completo mi orgullo, pero ni el dolor de ser quemada y descuartizada se comparaba con este.

Una pequeña, una híbrida, una niña que de un principio se tuvo que haber destruido, tenía más felicidad en 16 años que yo en más de un siglo. Tenía a sus padres, padres que no dudarían en exponer sus vidas por ella, tíos que no dejarían que le rozaran ni un caramelizado cabello, abuelos que le darían todo su amor y admiración por ser una criatura tan única y peculiar, novio que la amó del primer momento en que sus pupilas se cruzaron al tener apenas unos minutos de nacida.

Niña que a pesar de casi haber acabado con la vida de su madre por el duro trabajo de parto, de igual manera todos le tenían un amor sempiterno. ¿Y yo? Yo que solamente tenía un poco de fiebre, mis padres me abandonaron.

Pero, ¿Por qué?

¿Qué hice yo para mercerme eso? Yo solo quería tener una vida normal.

Nunca pedí esto. Nunca pedí ser un ser de la noche, aquel que no puede exponerse a los rayos del día solo para no mostrarse como un fenómeno.

La ira, la tristeza, la impotencia y la curiosidad me hicieron perder el hilo de la cordura y el control, y no me di cuenta que Alejandra me estaba gritando de hace mucho rato hasta que sentí una calma tremenda, una descarga de relajación que habrían provocado que un humano cayera tendido al piso.

Y así fue. A pesar de no ser una humana, ese efecto se produjo en mi.

Caí al piso y Alejandra de la inmediato se acercó a mi a examinarme.

—¡Rori! — suavemente me golpeó la mejilla con la palma de su mano —¡ Amiga, porfavor responde!

Estaba totalmente paralizada en el piso a tal punto que me volví un ovillo y sentí que la piel de porcelana se me empezaba a clizar en el rostro.

—¡¿Qué le hiciste?! —Preguntó furiosa a una figura que estaba de pie tras de mí.

—Empezé a sentir demasiadas emociones negativas y muy intensas, deberías decirle a tu amiguita que aprenda a controlarse un poco más —Respondió su hermosa y melodiosa voz, con un tono grave y arrogante.

Esperen un momento...... ¿Le acaba de decir a Alejandra que tengo que aprender? ¿Él? ¿Enseñándome?

Ah no, eso sí que no. Muy hermoso podrá ser, pero......! ¡Aurora, piensa con la cabeza y no con los ojos !

Rápidamente me compuse y me levanté velozmente, mi cabello dorado seguía intacto y sentí cómo mi rostro volvía a la normalidad.

—¿Quien te crees que eres para venir a educarme a mi propia casa? —Le pregunté mientras me cruzaba de brazos y enarcaba una ceja.

—Primero, no es una casa, sino un castillo —Dió un paso al frente con el semblante serio —Segundo, de no haber sido por mí, probablemente de la única manera que podrían haberte calmado hubiera sido con una dolorosa descarga de dolor por parte de Jane — Se posiciona delante de mi, imitándome — Y tercero, se dice gracias niñita mimada.

—Nadie te pidió que ayudaras, rubio — paso por su lado, casi saliendo de la habitación de Alejandra —Y tampoco deseo escuchar tus problemas, de haber sido por mi, te habría ignorado del momento que me nombraron tu clan.

—Tampoco pedí venir a este lugar —Responde al mismo tiempo que a gran velocidad, queda de pie frente a mi — Si quisiera estar en algún lugar del mundo,  te aseguro que sería el último..

—¿Por qué no se presenció entonces a otro integrante de tu clan?

—Creí que no quería saber de mis problemas, señorita Volturi — levanta una comisura de sus carnosos labios, dejándose ver una pícara sonrisa torcida y ojos desafiantes.

—Me da igual, no creo que tu hermanito mayor quiera recibir unos trozos de cristal en ves de a su hermano comercial de cabello Pantene.

—Comercial de cabello Pantene — se pone una mano en el mentón mientras mira al techo —Me gusta.

Di la media vuelta, con dirección a mi alcoba.

—Que disfrutes la noche, oxigenada —Ya puedo ver la jodida sonrisa en mi mente.

—Escúchame rubi.... —Me di vuelta pero ya no estaba.

¿Con que así quieres jugar, eh Jasper? Algo me dice que mi manera de jugar no te va a gustar para nada.

No digo nada, simplemente me encamino a la alcoba de Demetri.