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Al pasar los días desde aquella extraña experiencia mi situación empeoró un poco pues aunque ya no salía de noche a montar bicicleta libremente estaba encerrado buscando algún tipo de pista que me llevara a tener una respuesta a los relojes que las personas tenían en sus muñecas además que al parecer era el único en que mi reloj no avanzaba y el único que podría verlos

Pero desgraciadamente no encontré mínimamente cerca a la realidad, todo se basaba como si fuera una película fantasiosa de viajes en el tiempo, pero yo simplemente no creía en aquello

Esa mañana vi que el reloj de mi familia avanzaba de manera que los días, horas y minutos fueran menos, pero el mío se mantenía en punto de partida, como si no funcionara o estuviera apagado

Mientras salía de casa vi a mi vecino, un viejo amargado que cada que le veía me asustaba y esa mañana no era la excepción pues el anciano sabía que debía pasar frente a su casa. Yo, con el miedo en todo mi cuerpo avancé despacio intentando ignorar lo que posiblemente el viejo me diría

— Niño, ven aquí — llamó el vecino. Pero solo le di una mirada y avancé unos pasos más — Mocoso arrogante

Sentí una mano pesada en mi hombro causándome un escalofrío. El anciano se puso frente a mí y en medio del miedo vi la muñeca del hombre, el reloj marcaba 7:12 lo cual yo aún no sabía que ocurría en cuanto el número fuera como el mío, no quise saberlo ni mucho menos quedarme a las barbaridades que decía mi vecino

Corrí de la presencia del anciano, tomé el autobús y puse música en mi celular. Tomé mis audífonos y me fundí en la melodía, así fue hasta que llegué a la escuela

No soportaba ver tantos relojes en las muñecas de mis compañeros y de los maestros, desde aquel día me escondía en el salón de gimnasia y escribía en un cuaderno lo que de a poco me iba pasando. Así transcurría mis días, tomaba mi receso escondido. A veces pensaba ignorar todo y no faltar más a clases pero me era torturante

Pasó la jornada y volví a casa. Bajé del autobús y ví como habían patrullas y una ambulancia. La casa de mi vecino el amargado estaba rodeado de personas y de una cinta amarilla. Unos paramédicos llevaban en la camilla un cuerpo inerte

Al acercarme ví el rostro pálido de el señor Lee, totalmente quieto y sin vida. Miré su muñeca y su reloj estaba en 00:00:00 además que estaba desapareciendo de a poco

Supe que podía leer la hora de muerte de las personas






Hola bonitas
Espero que les guste éste capítulo

¿Les parece interesante la historia?

Volveré con más la próxima vez
Gracias por leer y apoyar
Feliz lectura

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