Capítulo 2:
— Oh, Leika...
— ¿Qué dijiste?
— No, no. Nada.
Ahora es fácil cortejar. El primer paso es encontrar una Noleika que esté sola. Si viene un orangután furioso, sólo queda felicitarlo por el pedazo de mujer que se está degustando. Que la cuide; estoy al acecho. Repetir hasta el paso dos: tratarlas como tu novia de toda la vida hasta que lo sean.
Ésta no fue la primera Noleika con la que me equivoco el nombre. Salgo con Leika-María desde que Leika-Romina me dejó. Esta me hizo gemir "Leika" unas cuantas veces. Entendió Laica. Traté de convencerla de que fueron galimatías, pero no tuve suerte.
Tratándose de ésta, o la anterior, me pregunto qué andará mal en sus vidas como para comenzar un noviazgo tan rápido. Dudaré si verlas como la veía a ella, tal cual me dijo la psicóloga, las convence de que les intereso desde el principio. Al menos ahora no hay mujer alguna que no me guste.
Intento memorizar o comprender el estilo de cada una: Todas son iguales, aunque su ropa las distingue. A Leika le queda bien todo; debe ser algún mandamiento perdido por ahí. Intento memorizar los estilos para identificarlas más fácilmente. Ahora odio aún más las modas.
A Leika-María la identificaría en la calle por el uso de flores en sus ropas. Camisas, vestidos. También por la forma en que se trenza la cabellera. Usa aros de perlas; lo único que vestía a mi lado en la cama.
— ¿Puedo preguntarte algo?, Paul... — me preguntó mirando el techo.
— Lo que sea.
— ¿Qué es lo que viste en mí? Porque me viste desde la primera vez como si fuera el amor de tu vida...
Me preparé para buscar a la próxima Noleika...
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Leika
RandomLuego de que su pareja lo terminara, el personaje de ésta historia sufre un acontecimiento inesperado: Cada mujer que ve es igual a ella, Leika. ¿Su mente le juega una broma inconsciente o el mundo a su alrededor cambió genuinamente? Por el momento...