Artemisa y Orion

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Disclamier: Esta historia no está basada en el universo de Shuumatsu

Cuando vean estos 《》 significa un recuerdo

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Isla de Beocia, Antigua Grecia

Caminando por medio del frondos bosque iba Artemisa, la diosa representante de la luna y la cacería, hija de Zeus y hermana del dios Apolo

Había llegado a aquel lugar por recomendación de una de sus subordinadas quien le contó que escucho de unas personas que ahí habitaba un feroz jabalí que se rumoreaba era tan grande como un templo. Dicha descripción fue más que suficiente para la deidad quien decidió viajar al territorio de dicha bestia, sea o no un cuento para viajeros. No tenía nada que perder, después de todo era inmortal

De pronto, escucho algo moverse entre los arbustos. Obvio no se iba a tratar del jabalí, sin embargo, el hambre le había llegado y no sería mala idea comer algo en lo que esperaba a aquella bestia. No es que lo necesitará pero los placeres de la vida aveces no se pueden evitar

En medio de su búsqueda, se encontró con algo de lo más curioso, un perro. Parecía estar en busca de algo, quizá también buscaba algo de comida, el can olfato un poco a la diosa y esta asomo su mano para tratar de acariciarlo, pero este no dejo que pasace, y en lugar de eso dio un par de ladridos dándose media vuelta para empezar a correr de vuelta al lugar de donde vino

Artemisa intuyo que el animal deseaba que lo siguiera y al no tener más que hacer decidió hacerlo, quizá y encuentre algo interesante por el camino

(...)

—Así que era eso— dijo la diosa al llegar a donde la guió el can. Este no dejaba de ladrar mirando hacia arriba, a un acantilado, ahí se encontraba quien seguramente era su dueño. Este se encontraba al borde del precipicio se notaba que se aferraba a la pared de rocas con todas sus fuerzas. Artemisa cruzo miradas con el perro el cual le suplicaba con la mirada, ella no estaba interesada en salvar a nadie, solo había venido a cazar y nada más, sin embargo—Ah.. odio cuando ponen esos ojos— soltó fastidiada para empezar a caminar hacia la montaña, a lo que el animal ladró contento

Ya al pie de la montaña, Artemisa dio un gran, logrando llegar en tan solo unos segundos a donde se encontraba el dueño del perro, sorprendiéndose al ver que este se trataba de un niño, este estaba con los ojos cerrados y tenía prácticamente clavados los dedos a la pared, tanto que  incluso sangraban

Suspiro—Tranquilo niño— hablo mientras se acercaba a el

—Eh ¿Quien es?!— indagó sorprendido

—Vengo a ayudarte, no te muevas— se comenzó a acercar despacio, sin embargo se dio cuenta de que el suelo sobre el que estaba el chico estaba a punto de caer por lo que rápidamente lo tomó del cuello y lo acercó a ella por fortuna, lo hizo justo a tiempo, y no pasó nada malo, aunque se dio cuenta de que ahora la cabeza del niño reposaba en su pecho, si bien eso la hubiera molestado, viniendo de un niño no fue problema—Sujetate— el niño reacciono de inmediato y abrazo la cintura de su salvadora

La diosa se dejó caer y aterrizo sin más sobre el mismo lugar del que había saltado
—Ya te puedes soltar— ordenó a sí un tanto fastidiada pues el niño tocaba zonas no muy agradables para ella

—Eh.. q-que?— al final Artemisa lo termino apartando— Y-ya estamos en el suelo?— cuestiono, aunque su sorpresa fue interrumpida por la llegada del perro el cual se lanzó sobre el para comenzar a láser su cara—¡Sirio!— exclamó

One'shots y Drabbles »Shuumatsu no Valkyrie«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora