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España.

Un año sin pisar tierras españolas y siento como si hubiera pasado una eternidad. La brisa golpea mi rostro y suspiro para seguir mi camino hacia la camioneta que me espera y de la cual Adam se encuentra recostado.

_ Adam.

Saludo.

_ Siempre es un gusto verte.- sonrió.- bienvenida de vuelta a casa.

Abre la puerta de la camioneta y entró sin pensarlo mucho, el sube seguido de mi. Para que luego de eso, el auto se ponga en marcha.

_ Ahora sí me vas a explicar que está pasando?

Adam cierra los ojos un momento y temo por sus próximas palabras.

_ Emilio, ha estado teniendo muy malos momentos desde la separación del team.

_ Él se lo busco.

Es lo que respondo cruzandome de brazos, tratando de mantener una expresión de indiferencia que no es del todo cierta.

_ Emilio.-suspira.- Bueno, allison son cosas que será mejor que el mismo te diga.

_ Tan malo es?

Este no me responde por lo que suelto un bufido para mirar de nuevo por la ventana.

_ Una pregunta más.- vuelvo a mirarlo.- por que lo estás ayudando? No ves que nos traicionó.

_ Cuando escuches sus razones, entenderás lo demás.

El auto estaciona y este se baja rápidamente, e imitó su acto. Mi arma se mueve en mi cintura por lo que la acomodó para que pase desapercibida. Doy algunos pasos cuando unos hombres se posicionan detrás de mí, giro para observarlos y un gesto de incomodidad se instala en mi rostro.

_ Ramírez, esto a que se debe?

Adam gira y le hace señas a los hombres para que se separen un poco.

_ Estamos en una especie de guerra, es por seguridad.

Vuelve su vista al frente para emprender de nuevo la marcha, por lo que le sigo los pasos de cerca seguido de sus escoltas. Nos adentramos a un edificio donde la oscuridad nos recibe e instintivamente llevo mi mano a mi arma repitiendo las palabras que muchas veces me ha dicho Iván.

Nunca permitas que te tomen desprevenida.

_ Adam.

Mi voz hace eco por todo lo que en su momento fue un buen edificio, el miedo se instala en mi cuerpo y por más que intente desecharlo me es imposible. Doy unos pasos más, y saco mi arma al momento que escucho una botella rodar, el sonido al quitar el seguro resuena en todo la habitación, por lo que levanto el arma apuntando frente a mi a la espera de un objetivo.

Comienzo a dar vueltas en mi propio eje, el miedo se ve reemplazado por la adrenalina. Y trato de mantener una respiración serena. La luz de la habitación se enciende dejando paso a la soledad, pues no hay nadie dentro de la bodega y la sorpresa invade mi cuerpo.

¿Pero que putas?

Vuelvo a dar una vuelta y bajo el arma para caminar hasta la salida, cuando unos pasos se escuchan detrás de mí.

El oscuro destino del team KenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora