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Entonces el señor con barba, hace un moviendo extraño a uno de los guardias y siento un dolor extraño en le nuca, en un momento antes de caer al piso volteo a ver a J y el ya se encuentra tirado en el suelo.

He despertado en un calabozo grande, junto a J, que por mala suerte me ha visto despertar toda despeinada y pálida.
—Buenos días— dice mientras se levanta y me da un te, nose de donde lo habrá sacado pero mi aceptó y tomó un poco.
—¿A que hora despertarte?—digo.
—La verdad no se, solo de que estaremos aquí un largo tiempo.
—¿¡Escuchaste algo de lo que dijeron!? —digo con preocupación.
—Cuando nos golpearon, toscos estaba consciente, y escuche que un guardia le preguntó al hombre si cuanto durarioamos en la celda y en hombre contestó que lo suficiente para hacernos ancianos.

Pero de pronto alguien patea bruscamente la puerta y cae, y el individuo se quita su máscara: es viejo y arrugado, tiene pocas canas y parece amigable.
—Vamos no hay tiempo que perder— me trata de jalar agarrándome el brazo, pero yo me pongo dura y voltea hacia mi como si quisiera decirme algo— escucha Liz— dice arqueando la ceja—tenemos que salir de aquí sin dejar huella y no hay demasiado tiempo— la verdad no sé cómo sabe mi nombre, pero da igual nos va a sacar de esta.

Rápido le doy la seña a J que podemos confiar en él, en realidad no sé quién sea pero yo solo quiero salir de esta celda; caminamos sin decir ni una sola palabra hasta llegar a la azotea de este viejo edificio, eso se nota porque aparte de la celda que era una mierda, el piso es bastante antiguo y sucio.
—¿Qué hacen dos chicos bastantes jóvenes en un planeta bastante diferente?– al fin el incómodo silencio desaparece.
—Es solo una misión— digo antes de que J abra la boca para balbucear.
—Cuéntame– dice el viejo.
—Es algo que a usted no le incumbe.
—Mira muchachita–empieza a hablar en viejo– te he salvado el culo ha no ser de eso ya estuvieras fusilada.
—Huyyy!! Mister Importante se debe nuestra vida— digo en voz muy alta, siento una mano en mi brazo: es la de J, y me hace una seña de silencio, yo solo agito mi brazo.
El viejo solo da media vuelta u hace que nos paremos.
—¿Acaso sabes quién soy?
—No y no quiero saberlo— digo
—Soy Caleb, el tipo que te daba dulces cuando eras pequeña ¿lo recuerdas?.
Lamento mucho mi comportamiento hacia Caleb, nunca creí que era él, en ese momento siento que se me sale la lágrima empiezo a recordar a ni madre.
—¿Usted sabe dónde está mi mamá?
—Eso quisiera saberlo yo también.

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2015 ⏰

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