Había perdido ya la cuenta de cuántas veces había suspirado en la última hora, desde que su mejor amiga habia llegado a su departamento había expulsado más aire de su organismo que inhalándolo en su interior.
Se observó una vez más en el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, resignado dirigió su vista a través de él hacia la rubia sentada en el borde de su cama, puso su mejor carita de cachorro; sin embargo, parecía no tener efecto alguno en ella. Emma seguía mirándolo con grandes ojos brillantes y una sonrisa de autosuficiencia, como un artista contemplando su última obra.
Posó nuevamente sus ojos sobre su figura, analizando desde la camiseta hasta los zapatos, mentalmente se preguntó cómo había llegado a aquella situación.
Retrocediendo un par de horas atrás, Chifuyu se encontraba disfrutando de su inicio de fin de semana con un maratón de la última temporada de su anime favorito junto con una tibia taza de chocolate, como un omega soltero eran los pequeños placeres que podía darse de vez en cuando, puesto que el trabajo y la universidad lo tenían saturado hasta la coronilla.
El apartamento estaba casi a oscuras, apenas había una tenue luz viniendo del living a causa del televisor encendido y lo único que se escuchaba eran las voces provenientes del aparato. La pequeña atmósfera que el rubio había formado se vio abruptamente interrumpida por el timbre resonando en todo el lugar, soltó un sonido de molestia observando su taza semivacía del liquido dulce; se había enfriado. El timbre siguió sonando con insistencia, dejó el traste sobre la mesita ratonera que tenía enfrente, tomó la cobija que tenía sobre sus piernas y se acomodó en todo lo largo del sillón cobijándose hasta la nariz, quien quiera que sea terminaría desistiendo y podría volver a su tranquilidad, como si lo hubiera adivinando el timbre dejó de sonar. Suspiró destensando su cuerpo y regresó su atención a la pantalla del televisor, se había perdido unos cuantos minutos del siguiente capítulo pero nada que no pudiera entender.
Si creyó poder tener una noche de sábado tranquila, la idea se esfumó por completo ante la voz proveniente a sus espaldas.
—Chi-fu-yu...—con cada sílaba remarcada con un tono lúgubre por la misma voz, sentía como los vellitos de su nuca se erizaban, su lobo interior escondió la cola y bajó sus orejas, hasta él sabía que nada bueno vendría con aquella visita.
Se sentó sobre el sillón nuevamente, giró su rostro hasta la entrada donde pudo vislumbrar una pequeña silueta, tragó el nudo que se le había formado, con pasos inseguros se acercó hasta el interruptor, la luz mostró claramente la presencia de su mejor amiga. Matsuno sabía que tramaba algo al verla con las manos detrás de la espalda y una sonrisa maliciosamente fingida en su rostro.
En ese momento odio darle una copia de las llaves de su departamento.
—E-Emma— habló con nerviosismo hacia la beta de cabellos rubios.— ¿Qué haces aquí?— el ojiverde se abofeteó mentalmente, había sido la pregunta equivocada al verla alzar su ceja.
—Lo olvidaste— afirmó cruzándose de brazos.— Hoy es la fiesta de disfraces que mi hermano organizó, prometiste ser mi acompañante— caminó cruzando al lado del omega hasta sentarse en el sofá— además también estará Draken— murmuró bajito con las mejillas sonrojadas, enterneciendo momentáneamente a su amigo.
Emma Sano había sido su mejor amiga desde la preparatoria, fue su pilar cuando se presentó como omega y muchos de los que consideraba sus amigos le dieron la espalda al enterarse que pertenecía a la última raza de la jerarquía.
Chifuyu miró apenado a su amiga, había olvidado por completo su compromiso y no tenía nada preparado.
—Realmente lo lamento, Emma— se disculpó— pero no tengo nada que pueda usar para la fiesta.

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Like a Sugar Baby [Bajifuyu]
FanfictionUna fiesta. Un omega virgen con vestimenta provocativa. Un alfa consumido por sus instintos. ¿Qué podría salir mal? [Adaptación]