Hay muchos rumores respecto a Bang Chan, muchos dicen que es insaciable, otros que aguanta varias rondas, los demás que los tríos son su especialidad y el rumor latente que absolutamente nadie cree, es aquel que dicen que el alfa es virgen.
Lastim...
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En la sala la tele estaba encendida, en este se reproducía "mentes criminales", la cual era una de las series favoritas del omega.
En sus manos tenía hilo y una aguja mientras le terminaba de tejer una chambrita color morada a Sunoo.
Ese día el sueño se le había ido desde temprano, a partir de las ocho ya no había podido cerrar sus ojos, ahora el reloj marcaba diez con treinta, por lo cual sabía que a lo mucho en unas dos horas más Chan se despertaría.
Era un hermoso sábado y lo único que Seungmin quería hacer era tejer y mirar su serie. Hace un tiempo ya había pedido comida, así que estaba a la espera de esta.
El timbre sonó. Para no incomodar a Christopher, fue rápido a ver de quien se trataba, aunque imagina que era la comida.
Aunque estaba equivocado. Afuera de su casa, se encontraban dos señoras, una omega y una beta, a la mayor, Kim le calculaba unos cincuenta y ocho, mientras que a la menor, unos cincuenta y dos.
— ¿Si?
— A no, no, discúlpanos, hijo, creo nos equivocamos de casa, ¿no sabes donde vive el abogado Bang Chan?
— Entonces no se equivocaron, aquí vive Bang Chan, yo soy su novio.
— ¿Novio?
El omega asintió sonriendo cortésmente.
— Déjanos presentarnos, somos Eunjeong y Eunji, las tías de Chan.
Seungmin avergonzado se ruborizó e hizo una reverencia de noventa grados mostrando su respeto.
La beta y la omega pasaron a la casa, haciendo sentir más avergonzado al universitario, pues aquellas señoras eran bastante fijadas y ni él, ni Chan habían limpiado la casa el día de ayer por mera flojera.
— ¿Gusten les invite un té?
Las dos asintieron y el coreano corrió a la cocina para prepararlos.
Cuando el agua estuvo en el pocillo, corrió a la habitación que compartía con su pareja.
— Channie, amor, despierta, bebé. — Repartió bastantes besos por la cara del mayor.
— Mmmh.
— Tienes visita, ponte ropa, lávate los dientes y peínate, te estaremos esperando afuera.
Como zombie y sin poder protestar, hizo lo pedido.
Ya con sus tés, las hermanas esperaban pacientemente a que su sobrino saliera, poco después lo hizo, tenía la cara ya lavada, más se veía que aún no espabilaba el sueño por completo.
— Tía Eunjeong y tía Eunji. — Mostró sus respetos a manera de saludo. — ¿Por qué no avisaron que venían?
— Fue algo de improviso. — Comento Eunji, la cual era de apariencia castaña y rizada.
