III

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Tres meses

Jennie cerró la puerta de la casa, recién había llegado de trabajar y estaba muy ansiosa de ver a su omega. Hoy, su amada, cumplía tres meses de embarazo, y le tenía una sorpresa, por eso llegó un poco más tarde a casa.

La rubia estaba en la cocina haciendo pizza, lo cual era raro porque ya eran las seis de la tarde y usualmente esa era la hora de la merienda. Cuando escucho el ruido de la puerta cerrarse y las llaves golpeando la mesita del teléfono, rápidamente salió de la cocina y fue hasta la entrada de la casa.

Al ver a su alfa, corrió hasta ella y le dió un fuerte abrazo. Está, se tambaleó un poco pero luego abrazo a su omega contra su pecho para después sumergir su cabeza en el cuello de la omega aspirando su dulce aroma.

- Te extrañe mucho, Jenn -dijo la omega contra su pecho inhalando su fuerte aroma, para luego sacar su cabeza de ahí y levantarla para mirarla. La alfa copio su acción, nada más que ella levantó la cabeza del cuello de su omega. Ambas se miraban a los ojos con mucho amor y ternura.

Jennie bajo las manos que sostenía a su omega del torso, hasta su cintura para agarrarla de ahí y después posarlas en el vientre de Lisa. La omega alzó sus brazos y los enredo en el cuello de la más alta.

- Yo también, Lis. -respondió la alfa para dejarle un suave beso en los labios, después de eso, sintió olor a pizza -¿Estás haciendo pizza? -preguntó confusa mientras acariciaba con ternura la pancita de Lisa.

- Sip, estaba en el jardín y de repente quise comer pizza -contesto la omega con una sonrisa.

- Pero Lis ¿Sabes qué hora es? Deberías estar merendando -dijo la alfa con una sonrisa.

- Ya sé, pero quería comer pizza -respondió después de ponerse de puntitas y dejar un pequeño beso en los labios de su alfa.

-¿Cómo han estado? -dijo para luego mirar hacia el vientre de la omega.

- Bien, pero te extrañamos mucho -respondió para después hacer un lindo puchero con sus gruesos labios.

La alfa rió un poco.





Después de eso, Lisa termino de hacer su pizza y fue a comer al sillón. Jennie se sentó junto a ella y paso un brazo por los hombros de la rubia y con el otro brazo rodeó su pancita, mientras que veían la televisión. La omega le ofreció a Jennie un poco pero está no tenía hambre, estaba nerviosa por la sorpresa que le tenía a su omega.

Lisa se dió cuenta de eso.

- Jenn, ¿Estás bien? ¿Ocurrió algo? Te noto un tanto nerviosa -indago Lisa luego de terminar de comer su última porción de pizza para después girarse un poco y mirar a su alfa.

Jennie también se giró un poco y miró a su omega.

-¿Nerviosa? ¿Por qué lo preguntas? -respndio la castaña con una risa nerviosa.

- Vamos Jenn, estamos enlazadas, puedo sentirte -dijo con una sonrisa- ¿Por qué estás nerviosa?

- Okey, está bien, peor quédate aquí, te tengo algo. -dicho esto se levantó del sillón y se fue hasta la habitación de ellos, donde había dejado lo que había comprado.

Lisa asintió con una sonrisa, su alfa era demasiado tierna.

La alfa no tardó tanto y entro a la sala con una sonrisa y una cajita en sus manos, las cuales las tenía detrás de su espalda.

La rubia miraba como su alfa se acercaba a ella con las manos escondidas en su espalda y con una sonrisa la cual hacia que sus preciosos hoyuelos se mostraran.

Una vez que la castaña se sentó junto a la rubia, saco sus manos de su espalda revelando una cajita color crema con un pequeño mono dorado.

- Hoy cumples tres meses de embarazo y quería darte un regalo, bueno, más bien para el cachorro -dijo para luego extender la cajita a Lisa.

Lisa tenía una enorme sonrisa en su rostro. Agarró con sus manos la cajita y se dispuso a abrirla.

La alfa miraba con una sonrisa la escena.

A la omega se le empezaron a cristalizar los ojos un poco.

- Oh, Jenn...

Eran unos pequeños zapatitos blancos.

Lisa agarró uno cuidadosamente y lo observó mientras detenía las lágrimas que amenazaban con salir.

- Son...son preciosos -dijo finalmente después de observar los zapatitos para luego levantar la vista y ver a su alfa que la miraba con una enorme sonrisa.

-¿Te gustó? -preguntó Jennie.

- Me encantó -respondió con una enorme sonrisa la cual rebelaba sus tiernas arruguitas a los costados de sus ojos - Gracias, alfa -

Guardo los zapatitos en la cajita de vuelta y la dejó a un costado, para después lanzarse a los brazos de Jennie.

Jennie la abrazó fuerte.

- Te amo mucho, Jenn. -hablo la omega.

- Y yo a tí. -respondió la alfa, para luego bajar sus manos a la pancita de Lisa.- Y a tí también cachorrito.




(....)

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