VII

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Siete meses

Lisa se encontraba fastidiosa porque le dolía todo el cuerpo. Ahora que tenía siete meses de embarazo le costaba un poco más moverse y el cachorro no facilitaba esto porque cuando menos lo esperaba estaba dando una que otra patadita.

La Omega ahora mismo estaba recostada en el sillón de su casa cansada porque ella era la única que estaba en casa casi la mayor parte del día por eso tenía que hacer casi todas las cosas de su vivienda; mientras su alfa, trabajaba. Aunque está varias veces le haya dicho que no haga nada ahora que ya está en sus últimos meses, pero la rubia es testaruda y no le gusta estar mucho tiempo sin hacer nada.

Ya eran las nueve de la noche lo cual indicaba que en unos minutos su alfa llegaría de trabajar. Tenía ganas de llorar porque no siquiera había ido a comprar las cosas para cocinar por tener tantas cosas en la cabeza al mismo tiempo.

Llevó sus manos a su cara y se frotó un poco los ojos para después descansar su cabeza en el respaldar del sillón y estirar sus adoloridas piernas. Luego llevó sus manos a su abultado vientre y las dejó ahí mientras le daba suaves caricias. Estaba tan relajada que no se dio cuenta de la puerta siendo abierta indicando que su alfa había llegado, reaccionó al sentir su aroma y ser llamada por este.

— ¿Amor? – Jennie preguntó luego de haber cerrado la puerta y dejado las llaves de la casa y del auto en la mesita del teléfono, sentía a su Omega cansada.

— Aquí –Lisa respondió casi en un susurro pero la alfa llegó a escucharla y rápidamente se acercó a ella viendo a su Omega casi tirada sobre el sillón así que la ayudo a sentarse bien para luego empezar a atacarla pregunta tras pregunta.

— Lis ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Te pasó algo? ¿El cach- –La alfa estaba haciendo muchas preguntas al mismo tiempo lo cual causó que la Omega se irritace así que la interrumpió.

— Estoy bien –dijo con un tono de voz casi enojado, la alfa confundida ante el tono de voz de su Omega abrió su boca para contestar pero fue interrumpida otra vez por Lisa– No, ¿Sabes qué? No estoy para nada bien, todo el maldito día estuve limpiando y haciendo las cosas de la casa mientras que este niño que tengo acá adentro –señaló su abultado vientre con sus dos dedos indices– ¡Lo único que hacía era dar patadas cada que se le antojaba! Aparte ¡Ni siquiera he hecho las compras y me duele todo el maldito cuerpo! –dijo Lisa casi gritando sin darse cuenta que sus ojos se estaban cristalizando.

La alfa se sorprendió al ver a su Omega alterada y su alfa interior necesitaba calmarla así que extendió sus brazos hacia Lisa indicándole que se recueste sobre ellos, está al ver la acción de Jennie, no dudo ni un segundo en lanzarse a los brazos de la castaña.

Lisa abrazó a su alfa y dejó caer su cabeza sobre el pecho de esta mientras dejaba salir sus lágrimas. A Jennie le dolía ver así a su Omega así que la abrazo fuerte mientras acariciaba su cintura con ternura y besaba su suave cabello.

Jennie siguió con sus caricias hasta que la ojiazul se calmó, Lisa era de carácter fuerte por eso tenía que medir sus palabras antes de hablar con ella. Cuando vió que la  rubia logró calmarse un poco, habló con ella en sus brazos.

— Lis, amor escúchame – dijo Jennie para luego separar lentamente a su Omega de su cuerpo para después acunar su rostro entre sus manos mientras que con su pulgar quitaba los restos de lágrimas que seguían en las mejillas de la rubia — Te he dicho que no quiero que hagas tantas cosas, sabes que estás delicada porque estás en tus últimos meses de embarazo y no quiero que te hagas daño, no me lo perdonaría –hizo una leve pausa– También te quería pedir perdón, perdón por no estar acá contigo, debería estar aquí cuidando a mi Omega y a mi cachorro en vez de estar allí en esas oficinas, perdón amor, enserio lo siento, Te amo mucho –después de decir esto juntó sus frentes para luego separarse y mirarla a los ojos– También te quería decir que he pedido estos meses como vacaciones para estar contigo y para cuando Nazca el bebé –dijo para luego llevar su mano al vientre de su Omega – Bueno ahora quiero hablar con este cachorro travieso –terminó de decir con una risa la cual la rubia también copió y dejó que su alfa levante un poco si camisa hasta por arriba de su pancita.

— Ay cachorro, has hecho enojar a mami, quiero pedir que te controles un poco allá adentro pequeño travieso –cuando terminó de decir ésto el cachorro no tardó en responder con unas pataditas lo que le sacó a la Omega y a la alfa una sonrisa.

Jennie siguió hablando con el vientre de la Omega hasta que la escuchó bostezar, así que dejó un beso en la suave piel de la rubia y se levantó para estar frente a Lisa.

— ¿Quieres ir a la cama, Lis? – preguntó la alfa a lo que la ojiazul respondió con un asentimiento.

— Bueno, vamos –luego de decir ésto la ayudo a levantarse del sillón con cuidado y a subir las escaleras hasta llegar a su habitación. Cuando llegaron la alfa fue en busca del pijama de la Omega y se lo colocó para después acostarla en la cama.

Cuando terminó de taparla con la sábana le dió un beso en la frente y cuando se dió la media vuelta la rubia rápidamente tomo su mano deteniendo sus pasos.

— Perdón por contestarte así , alfa –dijo haciendo un puchero con sus labios y con sus ojos viviendo a cristalizarse. Jennie no dudo y abrazó a su Omega.

— Está bien, Omega. Se que estar embarazada debe ser difícil. Ya no te preocupes, iré a cambiarme y vuelvo, ¿Sí?

— Bueno, no te tardes.

Una vez que la alfa salió del baño recién bañada y con su pijama puesta, se fue a la cama con su Omega. Esta ya se había dormido debido a que su día fue realmente agotador. Jennie se puso de costado y se quedó mirando a su preciosa Omega.

La alfa realmente era afortunada en tener a una preciosidad como compañera, la cual ahora le daría un hijo y no podía estar más que feliz.

Se quedó unos cuantos minutos más contemplando a su Omega dormir lo más pacíficamente hasta que se acostó bien y rodeó con sus brazos el cuerpo de Lisa.

Lisa al sentir los brazos de la castaña a su alrededor, automáticamente se acurrucó junto a ella.

— Te amo mucho, Lis –Jennie dijo para después depositar un suave beso en su cabello.

— Yo también, Jen –la Omega contestó para después levantar un poco su cabeza y darle un suave beso en los labios a la ojiverde.

Cuando se separaron la alfa habló.

— A ti también te amo mucho cachorro travieso –dijo para después para acariciar el vientre de su Omega y esta rió ante las palabras de su alfa.


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Bay.....


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