#3-JessexRobaire/Random

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El vuelo había sido una mierda.

Ya estaban acostumbrados a pasar más tiempo en aviones y hoteles que en su residencia compartida, pero al menos contaban con transporte cómodo y privado.

Excepto en aquella ocasión.

Jesse estaba harto. El maldito jet privado había presentado fallas en el último minuto y debían volar desde Montana hasta California, todo para ir a cantar veinte minutos a un festival. Robaire, empeñado en su papel de líder perfeccionista decidió que no se darían el lujo de retrasar su turno en el festival y tomarían un vuelo comercial de ser necesario. Todo por veinte minutos de presentación.

Así que a las malditas cuatro de la madrugada, ahí estaban esperando su vuelo de emergencia.

Estar en las zonas concurridas del aereopuerto hizo que una fan los reconociera, más aún porque aquél percance no estaba previsto y ni siquiera llevaban gafas o gorras -excepto T- con las cuales cubrirse la cara. Sin problemas accedieron a tomarse un par de fotos con ella, pero cuando la chica comenzó a correr por el lugar gritando que se había encontrado a los chicos de 4town, el desastre comenzó.

Pronto se vieron rodeados de un pequeño-mediano ejército de chicas adolescentes que entre lágrimas y gritos se aplastaban unas a otras para lograr estar cerca de ellos. Cuatro guardias de seguridad los escoltaban, pero ni ellos ni el personal de vigilancia del aereopuerto pudieron hacer mucho al respecto y lo que era un aburrido tiempo de espera se convirtió en un improvisado meet and great.

-Sonríe y saluda, Jesse. Para estas chicas no somos humanos, somos dioses- Indicó Robaire, a quien le fascinaba la atención que recibía de las fans.

-Eres un ególatra- Respondió entre dientes un visiblemente cansado Jesse que apenas podía sonreír.

El par de Aarons estaba muy ocupado con ambos firmando ropa -y algunas partes del cuerpo- a varias fans. Tae estaba cayéndose de sueño, por lo que bostezaba y se tallaba los ojos continuamente. Y cada vez que eso sucedía se escuchaba en todo el lugar un coro de voces chillonas gritando "¡awww!".

-Y tú que decías que Tae no era la mascota del grupo- se atrevió a decir Jesse, esta vez con una risa auténtica, sólo para recibir un discreto pisotón de parte de Robaire.- ¡Oye!.

-Cuida tu lengua- Ni siquiera se le notaba en el rostro que estaba molesto por la bromita. Continuaba sonriendo y mandando besos. El maldito era todo un profesional.

No era propenso a pelear, pero con el sueño y el hartazgo encima, Jesse estaba a punto de explotar y salirse del papel. Gracias al cielo, antes de que sucediera, los guardias les indicaron que el avión estaba a punto de despegar.

Creyó que estaría a salvo en el avión, pero el vuelo estaba tomando una ruta compleja. La turbulencia había hecho que casi vomitara y por supuesto que tampoco pudo dormir. Ahora tendría que prepararse para el show medio moribundo y conteniendo las ganas de darle un puñetazo a Robaire por su decisión tan estúpida. Nada de eso habría pasado de no ser porque se negó hasta el cansancio a cambiar de turno con otra banda del festival.

Entre los mareos y el sueño, lo máximo que pudo hacer fue pasar el tiempo del vuelo viendo una película en esa mini pantalla del avión. Incómodo, pero resignado, se dispuso a ver "Leon the professional".

Eran las siete de la mañana cuando llegaron al hotel de mediana clase que encontraron disponible-la reserva del hotel al que en un inicio habían planeado ir a quedarse había vencido por el contratiempo y ahora las Spice Girls ocupaban la suite-. Robaire hablaba con la recepcionista -una mujer algo mayor- para que les consiguiera al menos tres habitaciones.

Los cinco estaban agotados, incluso T había dejado de parlotear para unirse a Tae en sus bostezos.

Pero aún con todos medio dormidos,  Robaire se atrevió a soltar una última indicación en un momento en el que la recepcionista abandonó la sala para entrar a una oficina privada.

-Compórtense. Si alguien nos ve de mal humor por aquí y se le ocurre tomarnos una foto seremos un escándalo en notas de chismes. Procuren no hacer o decir nada escandaloso.

Aquello fue más de lo que Jesse pudo soportar. ¿Estaban prácticamente cayendo de sueño y a Robaire se le ocurrió continuar delegando hasta el final? ¡Y eso último! ¡Ni siquiera tenían fuerzas para hacer o decir algo escandaloso!.

O quizá...

-Ya está listo- la mujer habia vuelto- conseguí cuatro habitaciones. Sólo necesito que uno de ustedes se quede a llenar el registro, los demás pueden subir a sus habitaciones- indicó  colocando en el mostrador un formulario y un bolígrafo junto a las cuatro llaves.

Robaire ya estaba extendiendo su mano hacia el documento para quedarse a llenarlo, cuando lo Jesse lo apartó conteniendo una risa.

Si no podía vengarse del todo, al menos iba a jugarle una inocente bromita.

-Los chicos y tú vayan a descansar. Eres la voz principal, Rob. Necesitas reponer energías.

Dudoso, el moreno lo miró intrigado por el ofrecimiento. Apelar a su ego había sido una buena idea, pues parecía dispuesto a ceder.

-¿Seguro que puedes hacerlo?.

-Robaire, por favor. Sólo es un formulario. Ve a descansar, ya hiciste mucho por nosotros hoy.

Sin decir más, tomó las llaves y se retiró junto a los chicos, que subieron con pereza las escaleras.

Mientras tanto, Jesse se dispuso a llenar los datos.

-¿Un viaje con amigos? Que inoportuno itinerario manejan, jóvenes.- comentó la mujer recepcionista, quien parecía no tener mucha idea de a quienes había visto- Ustedes los muchachos de ahora están algo locos. Se parecen a un grupo de chicos que le gustan a mi sobrina.

Cuando escuchó eso, le pareció más irresistible aún decir lo que estaba pensando.

Quizá la mujer llamaría a medios de comunicación para informarles de su estadía ahí. Y quizá mencionara lo que Jesse estaba a punto de decir en sus declaraciones.

Robaire iba a explotar. Eso le enseñaría a dejar de mandonearlos como a un grupo de niños.

-Sí, vamos de acá para allá- firmó el último espacio en blanco de la hoja y levantó el rostro sin mirar a los ojos a la mujer- de hecho, quizá seamos ese grupo de chicos que a su sobrina le gustan.

-Oh, ¿De verdad? ¡¿Me permitirían un autógr...-

-Sólo que... no somos del todo amigos como usted menciona.

Extendió el papel y el bolígrafo hacia la mujer y con una sonrisa en el rostro, finalmente la miró a los ojos.

-Ese chico moreno con el que usted habló hace un momento... en realidad es mi amante.

El rostro de confusión e impacto de la mujer era increíble, casi se le escapó una carcajada de solo verlo.

-Sí... el resto de los chicos no lo saben. Solemos mantenerlo en secreto por el bien de la banda, pero ¿sabe? Nos amamos tanto que nos es difícil contenerlo. No estuvo del todo mal que consiguiera sólo cuatro habitaciones, ¿Eh?.

-Uhh... yo...

-Gracias por el trato tan bueno, señora. Ahora creo que iré a... dormir.-finalizó guiñándole un ojo a la mujer, quien boquiabierta no dijo una sóla palabra.

Ah, sí. Ya quería ver el escándalo que se desataba a la mañana siguiente o en algunas horas.

No se arrepentía. Robaire se había ganado esa broma a todo pulso. Sólo esperaba que el resto de los chicos no se lo tomaran demasiado en serio.





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Bueno no tengo mucho que decir. Ví Leon the professional este viernes y esto pasó, si la han visto entenderán y si no pues, ojalá les haya entretenidoxD.

⭐4Town Drabbles⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora