522 palabras
De nuevo Marinette se encontraba en sus peores días de humor. No dormía ni comía lo suficiente y estudiaba o diseñaba hasta tarde, sumando las patrullas y las veces que villanos akumatizados atacaban París. Adrien lo notó y se preocupó mucho por ella. Por suerte, él siempre sabía cómo animarla, y todas las veces ella se tranquilizaba.
La acompañó después de clases a su casa, que casi ya era una costumbre entre ellos, pero lo que los padres de la azabache ni el rubio se esperaban era que ella declinó el almuerzo.
- ¿Todo bien, Adrien? ¿Le pasa algo a Marinette? - Preguntó Sabine con preocupación.
- No está en sus buenos días, es todo, pero sé bien qué hacer para alegrarla.
- Bien dicho, muchacho. ¿Te ayudo con eso? - Se ofreció Tom.
- Sí, por favor. También, me gustaría prepararle una malteada para acompañar el almuerzo. Y de paso, me sirvo para mí.
- Con gusto, Adrien. Ven por aquí. - Lo guió la madre de Marinette hasta la cocina tomando su hombro. Le indicó a Adrien dónde se encontraban los ingredientes y los utensilios para preparar las malteadas.
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Mientras tanto, Marinette se encontraba terminando algunos de sus diseños pendientes usando su máquina de coser mientras tenía el ceño fruncido en su rostro; el motivo de su molestia se llamaba Lila Rossi, de nuevo usando sus mentiras con sus amigos para que no le creyeran y ella quedando mal y dolida. Adrien ya le había preguntado, pero ella siempre evitaba la conversación con un "Te digo más tarde" y nunca le decía.
Tikki la observaba sentadita en el escritorio de su portadora, muy preocupada. Incluso, se sentó en su cabeza para un intentar darle ánimos, mas casi ni se inmutó por lo concentrada que estaba.
Dentro de unos minutos, se escucharon unos golpes en la trampilla de su cuarto y a Marinette no le quedó de otra forma que detenerse con los diseños y abrir, pero se sorprendió y conmovió al ver a su novio con una gran bandeja llena de comida para ambos y sus kwamis; lo que más le llamó la atención fueron las malteadas de vainilla que estaban ahí. Adrien quiso romper el hielo.
- Princesa, quise animarte al servir esta deliciosa comida que prepararon tus padres. Para que sepas, las malteadas fueron mi idea y ellos me enseñaron a prepararlas. - Besó la frente de Mari. - Pero antes de que comamos, por favor, Mi Lady, dime qué te pasa, y no acepto un no por respuesta.
Marinette se sorprendió un poco, e inevitablemente se le cristalizaron los ojos para romper en llanto. Adrien inmediatamente la pegó a su pecho y usó su táctica infalible: le tocó la mano para empezar a acariciarla suavemente y con mucho cariño mientras su novia le contaba lo que Lila le hizo.
- Ya, tranquila. Estoy contigo siempre, en las buenas y en las malas. Somos tú y yo contra el mundo.
- Sí, como siempre. - Respondió antes de soltar un sollozo pero con una gran sonrisa de puro agradecimiento. Luego, fue ella quien tomó la mano de su novio y le plantó un beso muy tierno.
- Te amo, Adrien.
- Yo también, Marinette.
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Día 4 terminado
Me gustó mucho cómo me quedó. 😊
Amo cuando este par de tórtolos se toman de las manos ❤️ Encajan tan bien y se ven súper lindos y tan tiernos que no puedo evitar ponerme en modo fangirl 😆
Siguiente: Día 5 – Estatua
- Carmen
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Adrinette April 2020
FanficHola 👋🏻 Aquí les traigo mi primer reto mensual de Adrinette April, y del 2020 😊 Espero que les guste