•6•

90 9 0
                                    


Conway

Ya eran las 6:30, la puta alarma que me jodía todas las mañanas estaba sonando otra vez, pero esa mañana era diferente... tenía a un rubio encima mía durmiendo plácidamente, realmente me tranquilizaba verlo dormir junto a mi gata. Al fin, me decidí por ir a trabajar, de todas formas allí también lo vería.
Me fuí a la ducha, encendí el agua caliente y me metí bajo el chorro de agua que caía.

Cuando terminé de ducharme fuí hacia mi cuarto a coger mi característica ropa de trabajo, si, el traje. Justo cuando me estaba abrochando el primer botón de mi camisa sentí como una pequeña mano tocaba mi espalda baja. Me giré y vi a un Gustabo despeinado y sin camiseta. Empezé a notar como un bulto se formaba en mi pantalón.

G: Vaya super, veo que tiene un problema. -dijo llevando su mano a mi entrepierna-. No pude evitar soltar un suspiro.
Estaba desesperado, necesitaba deshacerme de ese molesto bulto, pero no, debía contenerme, así que quité la mano de mi entrepierna y empezé a abrochar mi camisa, sentí unos brazos rodear mi cintura y posarse en mi abdomen. Yo preferí no decir ni hacer nada.

G: Lo siento papu, no quería incomodar. -dijo apenado-
C: No me incómodas nena, solo tengo que ir a trabajar y ya voy tarde. -me giré y le cogí del mentón para que me mirara-
C: Después te dejo que me ayudes -dije posando un suave pero posesivo beso en sus labios-
G: Después nos vemos papu -me dijo adiós con la mano acompañada de una cara coqueta-

Le sonreí y empezé el rumbo a comisaría, ya que iba tarde por todo lo sucedido.
Llegué a comisaría, estacioné el Audi en el parking y me fuí hacia mi despacho, cuando iba por el camino me encontré a Volkov seguido por Horacio.

H: Buenaas superr! -dijo con alegría-
C: Buenas Horacio.
V: ¿Que tal le fue con Gustabo ayer?
H: Eso eso -dijo con cara pícara-
C: Que capullos sois, entre nosotros no pasó nada.
H: ya... bueno. Hablando de Gustabo ¿Donde está?
C: Pues debería de venir de camino.

Gustabo
Iba de camino a comisaría, la verdad tenía hambre, ni siquiera había desayunado.
A lo lejos vi un bar, tenía buena pinta lo que ponía en la carta.
Al final, decidí entrar, pero algo o mejor dicho alguien me llamó, no podía reconocer quien era ya que estaba a contra luz, así que me acerqué.
G: ¿Que haces aquí Barbas?
Gr: Buenos días Gustabo, pues desayunando para ir a trabajar.
G: Yo también iba a desayunar, ¿me esperas y nos vamos juntos?
Gr: Me parece bien. -me sonrió y le devolví la sonrisa-

Msro: Buenos días ¿que se le ofrece?
G: Buenas, querría unos pancakes y un zumo de naranja, Gracias.
Msro: Okay, ahora mismo se lo traigo.
G: gracias.

Greco y yo estuvimos hablando mientras terminaba de desayunar, estaba todo muy rico.

G: Camarero! cuando usted pueda!
Msro: Buenas, la cuenta sería 20,50€.
Gr: Tranqui Gustabo, yo lo pago, no me importa, tome caballero.

Salimos del bar y comenzamos rumbo hacia comisaría.

G: Greco de verdad, no hacía falta que me lo pagaras.
Gr: No me importa, tampoco era tanto. -dijo-

Greco me puso el brazo por encima del hombro y yo puse mi brazo rodeándole la cintura. -tampoco estaba saliendo con Conway, así que podía hacer eso, además Greco y yo teníamos esas confianzas desde que llegué-
De lejos pude apreciar a un Conway un poco ¿enfadado? no sé.

C: Dejad de haceros los mariconettis, Rodríguez vete a patrullar con Leónidas, y tú Gustabo, sube a mi despacho.

Gr: Después nos vemos guapo. -me dijo greco-
G: Adiós bb. -dije-
Me giré para ver a Conway y me dijo:
C: ¿se puede saber que coño estabais haciendo?
G: Iba a ir a desayunar cuando me encontré con Greco.
C: ¿que hacíais los dos abrazados?
G: Puess... -no sabía que responder a eso-
Conway se acercó lentamente hacia mí y me acorraló en una esquina de su despacho.
C: ¿Todavía no te ha quedado claro que eres mío? -se acercó a mí mentón, inspiró y lentamente dejó un chupetón que tardaría días en quitarse.
G: Conway, Greco los hace mejores. -dije para provocar un poco el ambiente-
C: ¿ah sí? -me agarró del cuello y empezó a rozar nuestros miembros simulando embestidas-
C: ¿Esto también te lo hace Greco?
G: s-si~
No pude evitar soltar un jadeo desesperado.
C: Vamos Gustabo, sabes que estamos en público, además, no te conviene, así que no me provoques -dijo desafiante-

daddy and me~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora