Anne y Marcy estuvieron hablando un buen rato, tenían gustos muy parecidos. La señora Waybright veia desde el segundo piso de aquella casa como las dos pequeñas niñas hablaban tranquilamente, veía cada mínimo rasgo facial de la azabache, escuchaba atenta su voz dulce, admiraba su piel oliva, la señora Waybright observo hasta que su hija la llamo.
Sasha bajo las escaleras con nueva ropa y nuevas benditas en su pierna. Encontró a Anne y Marcy hablando y riendo en el sofa.
-Hola chicas! Estoy mejor, wuju!-hablo con entusiasmo la pequeña rubia.
-genial sash-dijo la morena en respuesta a la rubia-por cierto, perdón por olvidarte en el parque sash-dijo algo desanimada la morena.
-no te preocupes anne, estoy bien-dijo la rubia con una sonrisa-cierto!-dijo la alemana casi gritando y luego dirigió su mirada a la azabache-gracias por ayudarme allá-dijo con una gran sonrisa a la azabache mientras tomaba sus manos.
-no es nada sa.. s.. sha.. salsa? Lo siento, no me has dicho tu nombre-dijo la azabache con una sonrisa algo incomoda.
-Sasha, Sasha Waybright-dijo mientras miraba los brillantes ojos verdes de la azabache-te llamas Marcy, verdad?-dijo separándose un poco de la cara de la azabache.
-sip, Marcy Wu- dijo con una sonrisa.
-¿Wu? Que raro tu apellido-dijo la rubia con algo de desagrado-¿eres china o algo?-dijo con intriga, la verdad era que Sasha nunca había podido hablar con alguien asiático porque la mayoria no sabia hablar español o simplemente no querían hablar con una niña de 7 años.
-Sasha, dios-dijo con disgusto la morena-no le hagas caso Marcy, tu apellido es normal, Sasha no lo es-dijo burlandose de su mejor amiga.
-hey!-dijo con algo de enfado la rubia-sigo aquí por si no sabias Boonchuy-dijo haciendo que la morena y la azabache soltaran una carcajada.
Estuvieron hablando un rato mas hasta que alguien toco el timbre de la casa de los Waybright.
-yo abro-dijo la rubia para luego levantarse del sofa y ir a abrir la puerta.
-Sasha no!-grito la señora Waybright para luego correr escaleras abajo con mucho cuidado de no caer-tu no puedes abrir la puerta-dijo recuperando el aliento que perdio mientras corría por las escaleras-yo lo haré-dijo mientras alejaba a Sasha de la puerta.
La señora Waybright se acerco a la puerta y la abrio con cuidado para revelar a un hombre con rasgos asiáticos, un traje negro, alto y musculoso, con lentes y el cabello igual de negro que Marcy, tenia los ojos igual de brillantes que Marcy.
-Papá!-grito Marcy cuando reconoció al hombre alto y luego corrio hacia el para abrazarlo, el hombre la cargo en brazos y marcy le dio un beso en la mejilla-te extrañe, ¿por qué no fuiste por mi al parque?-
-lo siento mar, no volver a pasar lo prometo-dijo el hombre con una voz grabe para luego dirigir la mirada a la señora Waybright-un gusto, Kyle Wu-dijo para ofreserle un apretón de manos a la señora Waybright.
-Marta Waybright, el gusto es mío-dijo para corresponder el apretón de manos-perdón por no avisarle, estaba apunto de pedir a su hija, Marcy, que me diera su número para llamarlo y avisarle que esta aquí-dijo mientras miraba a Marcy la cual tenia una sonrisa y seguía en brazos de us padre.
-no se preocupe, me alegro de que marcy estuviera aquí y no hubiera ido a casa sola-dijo el señor mientras miraba a marcy que seguía con su sonrisa-vivimos frente a usted-dijo y luego se movio un poco para que la señora viera la casa que estaba al otro lado de la calle.
-wow-dijo la señora Waybright al ver la gran casa al frente-es muy grande-y era cierto, la casa era blanca de dos pisos y ocupaba el lugar de tres casas normales como la de la señor a Waybright, se podría decir que una "mansión".
-algo-dijo con una sonrisa el señor-bueno, nos vemos luego, aun tenemos que acomodar algunas cosas, gracias por cuidar a Marcy-dijo mientras se despedía de la señora.
-claro, no hay problema-dijo la señora para luego cerrar la puerta al ver que el señor ya hacia cruzando la calle con su hija aún en brazos.
··········