No me olvido

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“No me he olvidado, de ese para siempre que aún duele al calor de los mezcales, de este puto miedo que me dejó esa despedida y que sigue vigente en el café de cada intento, de esos ojitos que me miraban diciendo que no me partirían en pedazos y luego lo hicieron. No me he olvidado, de las promesas que no me cumplieron, tampoco de las que yo no cumplí, de las veces donde yo fui el hijo de puta con quien no lo merecía y de esas otras donde me hicieron creer que iban en serio y éramos varios creyendo lo mismo. No me he olvidado, de cuando me explotaron los oídos susurrando que me amaban y después salieron huyendo al bailar el son de los meses con mis defectos, esas risas, esos besos y el buen sexo de las madrugadas con esa chica de otra galaxia que después de mí encontró su universo. No me he olvidado, de esas llamadas de tres horas y luego los silencios que tuve que tomarme para olvidarla, de la que lleve a los taquitos en la calle y de la que llegó cuando ya alcanzaba para cenas caras (ninguna se quedó), de cuando yo estaba volteando el mundo para verla y ella con el que me decía que nada de nada. No me he olvidado, de cuando yo aguanté todo y cuando les tocó aguantar se hicieron a un lado, de ese amor eterno que duró un par de años, de cuando me convencieron de que yo era el malo mientras seguían mintiéndome en la cara, de cuando volví a confiar en la que regresó a hacer su desmadre más grande, del perfume que quería oler al despertar cada mañana y ahora me trae malos recuerdos cada que lo huelo. No me he olvidado, porque la que ahora me mira sabe que soy de carne y hueso, porque la que ahora me mira sé que podría dejar de mirarme un día cualquiera, porque la que ahora me mira lleva cuenta de mis cicatrices y yo de las suyas, porque la que ahora me mira la cuido, me cuida y despacito vamos para largo”.

Johana Ramirez

El amor es un verbo en tiempo presente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora