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Narra _____
Todo empezó cuando a mi hermano y a mí nos llevaron al orfanato, soy un año mayor que kakucho, él por entonces no tenía muchos amigos, al igual que yo, pero ahora él sí que los tiene. Un día tuve que ir a la enfermería que había en el lugar, ese día conocí a Izana, un chico de pelo blanco, ojos morados, alto y amable. Él se había metido en una pelea y a pesar de que no quería que le llevaran a la enfermería, le habían obligado, al igual que al resto que estábamos allí.
¿-Que miras?
¿-No es obvio? A ti.
-Pues no lo hagas, o quieres acabar como ese chico.
-No acabaría como él.-Izana se levantó y se puso de pie enfrente mío.
-No me subestimes jovencito.
-No te subestimo, eres tú quien me ha infravalorado.- Hablé yo con una sonrisa en la cara, él, molesto, volvió a su asiento para esperar su turno, entró antes que yo, y también se fue antes. Yo tenía que ir a revisión, ente más tarde que aquel chico, perdí gran parte de la tarde en aquel lugar, en cuanto salí, fui con mi hermano... Pero para mi sorpresa, este estaba junto al chico de la enfermería. Le miré con curiosidad, pero esa expresión se fue de mi rostro en cuanto vi a mi hermano sonreír después de mucho tiempo. Ese día fue nuestro primer encuentro en aquel lugar, quizás os parezca raro, pero aquel chico llamo mi atención.
¿-_____?
¿-Sí?
-Llevo un rato llamándote.
-Lo siento, estaba distraído.
¿-En que pensabas?-Pregunta Izana con curiosidad, normalmente no le importa lo que digan los demás, no obstante se preocupa por kakucho y por mí.
-Recordaba el día en el que nos conocimos.-Sus mejillas se tornan de un leve color carmesí, río por lo bajo, aunque él me mira mal.
-Entonces no has escuchado mi propuesta para esta noche... -Lo siento.
-Como tu hermano no está, he pensado en que podríamos subir al tejado como cuando nos escapamos del orfanato.
-Me parece una gran idea.- Izana mueve su cabeza negando y yo ruedo los ojos.
-Por cierto, no te he visto pelear, pero sé que te has metido en una pelea con uno de los Haitani.
- Sé que es parte de tu pandilla... Pero me harté de sus comentarios, lo siento.
-Está bien pequeño _____.
¡-Soy mayor que tú por 15 días! No me llames pequeño.- Me quejo al igual que siempre que me llama así.
-Ya, lo sé. Pero eres muy bajito, hasta tu hermano es más alto que tú.
-Si no fueras tú te pegaba.
-No puedes contra mí.-Habla él de manera burlesca. No me interesa formar parte de una pandilla, preferiría que a mi hermano tampoco le importase, pero no es así. Si se metiera en algo peligroso no me molestaría ayudarle, pero como forma parte de la pandilla de Iazana no me preocupa demasiado, sé que él no le permitiría arriesgar su vida. Izana y yo somos algo más que amigos, pero no oficialmente, siempre que he estado con él y sus amigos he podido ver como si me molestan Izana se enfada, es gracioso cuando se enfada por eso. No hace mucho el mayor de los Haitani y yo coincidimos en cierto lugar, este no paraba de decir comentarios, que si soy el protegido de Izana, que no tengo furza, hasta que me canse. Entonces le di una patada de las que Izana me había enseñado, obviamente no la hice a la perfección, pero aun así le cause un poco de dolor. Este me dio un golpe en la cabeza, no obstante no le devolví el golpe de nuevo, ya que no me gusta mucho usar la violencia y él paró porque sabía que si Izana se enteraba se iba a enfadar mucho.
Por fin ha llegado la noche, ambos estamos en el techo de la casa en donde vivimos Kakucho, Izana y yo, tenemos una botella de cerveza cada uno, de vez en cuando bebemos mientras observamos las estrellas y hablamos.
-Llevo tiempo pensando en que podríamos hacerlo oficial...- Sé que me he sonrojado, pero él no puede verlo. Sonrío pienso en muchos de los momentos en los que hemos pasado ambos juntos.
-Sí, estaría bien.
¿-Lo sé, pero Kakucho?
-No creo que le importe que seamos pareja...
¿-Seguro?
-Sí, es mi hermano. Lo conozco, no se enfadará.
-Eso espero.-Por un momento ninguno de los dos habla, miramos al cielo y de vez en cuanto al otro. ¿-Entonces, quieres ser mi novio _____?.-Río, ya que ambos sabemos la respuesta, trago un poco de mi bebida y contesto.
-Sería un placer.- Por dentro estoy gritando de la emoción, por fin es oficial. Pasamos el resto de la noche juntos, sin dormir, en el techo de la casa, mirando las estrellas, hablando, riendo y de vez en cuanto robándonos algún que otro beso. Sin duda alguna, esta ha sido una de las mejores noches de mi vida.
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