Parte 1

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Conociéndonos en un día de lluvia

El día estaba nublado y parecía que iba a llover ¿Pero eso le importaba a Takemichi? No, obviamente no le importaba en lo mas mínimo, así que después de colocarse bien el uniforme salio hacia el instituto junto con su hermano mayor y su vecino de abajo que era muy amigo de su hermano. Los tres hablaban sin ningún tema en principal hasta que los dos chicos se percataron de algo, y es la chica no trajo paraguas. Y el regaño de padres, como le decía Takemichi, empezó. 

- No solo no has traído paraguas, tampoco has traído una chaqueta. - Empezó su hermano mayor mientras le tiraba un poco de la chaqueta del instituto. - Te me vas a resfriar y mamá esta muy ocupada para tener que estar pendiente de una tonta que no se quiere abrigar. 

- Ademas, ¿no has visto como esta el día? Es obvio que va a llover. - Le siguió su vecino mientras apuntaba hacia el cielo nublado. - Al menos haberte traído un chubasquero, habría sido mejor y no matarías a nadie del susto. Ademas de que tienes el ultimo día de Kenjutsu luego de clases. 

- Tranquilo mamá, papá. Confío en mi instinto y estoy segura de que estáis equivocados. No lloverá ni una gota, daré mis clases en paz y llegare como siempre a casa. 

Que equivocada estaba, pero tampoco era un sorpresa. 

Corría y corría, se dejo la mochila en la academia de Kenjutsu y ahora solo la cubría su chaqueta del uniforme. Su pelo, normalmente rizado, estaba empapado y liso, su camisa estaba tan mojada que transparentaba su ropa interior y le pareció un perfecto día para no traer medias. No lo iba a admitir, pero su hermano tenia razón y joder, come le afectaba en el orgullo. 

 A lo lejos pudo ver la estación de autobuses y dio el ultimo empujón para por fin estar cubierta, pero que pena, no estaría sola, pues un chico algo mas alto que ella, de pelo largo estaba delante de ella jadeando. Los dos se dieron un cordial saludo y se sentaron en la parada a la espera de que viniese su autobús. 

Los dos se mantenían en un incomodo silencio, esos típicos silencios que estas obligado a tener al sentarte al lado de un desconocido. No seria incomodo de no ser que ambos parecen tener la misma edad, o al menos así lo sentía Takemichi. Miró de reojo al chico y se percato de algo escrito en la chaqueta que llevaba puesta. Giro su cabeza para mirar mejor y se sorprendió al ver un dibujo en especifico junto con un nombre. 

- Disculpa. - El chico se dio la vuelta y coincidió miradas con la chica. - ¿Eres de la Tokyo 卍 Manji? - El chico miro sorprendido a Takemichi que se sintió algo intimidada por la intensa mirada del chico. 

- ¿Como sabe de una pandilla una niña tan bonita y aseada? - Takemichi se sonrojo por el evidente coqueteo del chico y giro la mirada apenada. El chico rió por el como la chica se avergonzó y no pudo evitar ver con mas detalle el rostro de esta. - Si, si pertenezco a la pandilla, es mía a fin de cuentas. - Takemichi volvió a mirar al chico impresionada por la revelación. 

- ¿Conoces a mi hermano? - El chico se confundió por la pregunta, claro que el conocía a varios integrantes de su pandilla como no hacerlo, pero no conocía a todos. 

- Pues realmente no sabría decirte, lindura. - Takemichi se sonrojo y desvió la mirada de nuevo, como desearía no tener que estar tan cerca de ese sujeto pero el día estaba horrible y no había posibilidad de que se ponga mejor. - Oye, no te enojes, seguro que si me dices el nombre tal vez pueda que lo conozca. - Takemichi lo volvió a mirar, pero esta vez estaba confundida, no estaba enojada, si no avergonzada por el descarado coqueteo del chico. Pero le sonrió, no perdería la oportunidad de fardar de su hermano mayor. 

- Es Keisuke, Keisuke Baji. El tiene el pelo largo y negro y sus ojos son amarillos, es alto. ¿Lo conoces?

- Espera, ¿eres la hermanita pequeña de Baji? 

- ¿Hermanita pequeña? ¿Lo conoces?

- Claro que lo conozco, ese Baji, siempre farda de ti, dice que eres la chica mas hermosa del mundo y que nada mas verte caeríamos rendidos ante tu hermosa belleza. Ahora puedo decir que es verdad. - Takemichi se sonrojo al nivel de poder confundirla con un tomate, empezó a sentir calor y ya no sabia donde poner la mirada. - Deberías ver tu cara, es muy tierna. - Takemichi de verdad que ya no sabia que hacer, no iba a negar que la solían cortejar mucho, pero este chico lo hacia de un modo mas brusco. No lo hacia tan delicadamente como el resto de chicos. Eso le gusto mucho a la chica, pero ni de broma lo confesaría, afectaría a su orgullo y ella tiene bastante. - Tu hermano es el capitán de la primera división de mi pandilla. - Takemichi dejo de lado su vergüenza y volvió a prestarle atención al chico. 

- Valla, entonces debes de conocerlo bastante. El me dijo que era cercano al líder, pero nunca me dijo que así de cercano. Es un gusto conocer a uno de los amigos de mi hermano. - La chica extendió su mano y el chico se la quedo viendo por un minuto. - Soy Takemichi Baji-Hanagaki, un gusto.

- Claro, yo soy Manjiro Sano y el gusto es todo mio, Takemichi-chan. - Se dieron la mano y ahora se notaban mas cómodos. - Me parece increíble no haberte conocido antes. - Takemichi ladeo al cabeza confusa. - Conozco a Baji desde mi infancia, el viene al dojo de mi familia a practicar Karate. 

- Si, lo se. Digo, no sabia que era el de tu familia pero si se lo del Karate, siempre quise ir pero Keisuke siempre se ponía a la defensiva, no quiere que me peguen. Pero al final le convencí, me dijo que podía apuntarme el mes que viene. 

- Pues sera un gusto recibirte, te puedo enseñar yo mismo si quieres. 

Los dos rubios continuaron hablando por al menos 20 minutos mas hasta que el autobús de la rubia paso por ella y se fue, prometiéndose entre ellos volver a verse dentro de poco, por suerte eso seria literalmente al día siguiente que se encontraron de nuevo en una tienda de dulces. 

La hermana de BajiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora