Capítulo 1. Síntomas

9.2K 622 254
                                    

Primero se encargó se acabar con los soldados de la planta superior, eran los que más fastidio le provocaban. Atsushi ya no tenía mucho tiempo, su principal trabajo era interceptar al helicóptero que se llevaría a los culpables del reciente atentado.

No le tomó mucha importancia, el gato pulgoso podría hacerce cargo de todo eso hasta con los ojos vendados. Pero su parte ya comenzaba a cansarse, esos malditos parecían cucarachas, no se morían e incluso se multiplicaban.

Luego colapsó el edificio junto en él adentro, una explosión resonó en la azotea y supuso que se trataba del transporte hecho pedazos gracias al albino. Esquivó la gran mayoría de los escombros que caían del techo, pero uno en específico lo distrajo y perdió el sentido de la vista por un instante.

Todo se veía nublado, su cabeza daba vueltas y de repente sintió demasiadas ganas de sostener su estómago con fuerza. Atsushi se dio cuenta de aquello, pues al terminar su tarea sólo le quedaba esperar a su compañero, o en este caso, ir a rescatarlo.

Entre el polvo levantado y los vidrios rotos pudo sostenerlo antes de caer por completo al suelo, cargandolo en su espalda para hacer más rápido el trayecto del derrumbe a la salida.

Akutagawa tosió varias veces una vez lejos del desastre, recuperándose del dolor tan repentino que hasta le llegó a dar algo de miedo. No dijo nada en un buen rato, cuando tranquilizó su respiración y vio al idiota sin siquiera moverse, le entraron las ganas de golpearlo.

No tenía razón aparente, así que se contuvo y se ahorró la charla para después. En poco tiempo tendrían que volver a trabajar juntos en otra misión, enfrentándose a otro grupo de malditas cucarachas que cada vez parecían darle más y más problemas.

 En poco tiempo tendrían que volver a trabajar juntos en otra misión, enfrentándose a otro grupo de malditas cucarachas que cada vez parecían darle más y más problemas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hace algunos días todo le daba asco, incluso olerlo o simplemente verlo le provocaba ganas de vomitar. Higuchi fue la única en darse cuenta por el momento, su superior se encerraba por largos períodos de tiempo en su oficina y se negaba a salir.

Aunque fuera una horrible emergencia que implicara a su hermana, él no quería salir. Ante la ansiedad y el estrés de buscar un motivo de aquello, le tocó consultar a cierto pelirrojo, la persona de mayor confianza en estos casos.

Chuuya tocó la puerta de su oficina en cierto orden, dos seguidos y uno un segundo después. Sintió su cuerpo extraño, como si el cerrojo de la puerta no hubiera sido abierto por el chico, sino por otra cosa. Alcanzó a ver la tela de Rashoumon, eso explicaría el raro presentimiento que tuvo justo antes. Pero... ¿por qué Rashoumon le abriría la puerta y no su portador?

El menor estaba en su silla, abrazando una de sus piernas mientras revisaba despacio uno de sus cajones, casi sin querer hacer ruido.

- ¿Akutagawa?- Le preguntó, haciéndole sobresaltar en su asiento y cerrar el cajón rápidamente - ¿Qué estás haciendo?

Cachorritos // SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora