Akutagawa había estado comportándose extraño desde aquella misión con el chico tigre. Nadie nunca mencionó nada al respecto, hasta que una simple broma terminó siendo una impactante realidad.
Cuando un perro tiene crías se les llama cachorritos ¿no...
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Digamos que las personas suelen emocionarse un poco cuando los gemelos Akutagawa dan sus pequeños movimientos. Literalmente no pasaron ni dos días y todo el mundo ya estaba organizando una fiesta.
Todos los días y todas las reuniones era tener a cualquier persona pegado a su pancita, esperando con ansias el momento exacto en el que los niños dieran una patadita. Incluso Dazai tenía un vídeo de Kunikida en la ruina, Kouyou con el maquillaje destrozado, Gin llorando a mares y Fukuzawa abrazando a Mori únicamente por el pequeño movimiento de los gemelos.
Al parecer Mori hizo que lo eliminara después, pero Chuuya seguía teniendo el vídeo completo ya que se lo había compartido.
Aunque tardaron más de lo esperado debido a constantes cambios en la planeación, unos querían decoraciones en blanco, otros seguían buscando una repostería capaz de hacer un pastel con forma de Rashoumon, y varios mantenían la idea de ser discretos, que fueron completamente ignorados por cierto.
Entre una cosa y otra, la fiesta se retrasó poco más de un mes, por culpa de una sospechosa explosión que dejó el salón de eventos en la ruina total y con aroma a limón. Nadie supo nada, nadie.
Y en lo que tardaron para quitar esa fea mancha amarilla que parecía ser de limones, pues una cosa les llevó a otra y al final terminaron cambiando el lugar y pagando para derribar esa pared y construir una nueva. Todo lo pagó Kajii, obviamente.
¿Globos rosas o azules? No, gracias. ¿Globos morados, verdes, amarillos de cualquier otro color? Claro que sí, adelante. Dejar encargados a Chuuya y Dazai no fue de sus mejores opciones, pero tenían que admitir su gran capacidad para escoger centros de mesa. Eran flores con dulces en el centro, chocolates rellenos de jalea sabor a naranja y por supuesto, decorados con rayas de tigre blanco.
Ni idea de cómo hicieron para combinar tantos colores diferentes y que se viera bonito, pero esa era la gran magia del Doble Negro. El día exacto se situaba casi en el mes número ocho del embarazo, pero faltaba poco más de una semana para finalizar el mes.
- Y... abran lo ojos- Avisó Dazai con entusiasmo - ¡Ta daaa~!
- Ay... mierda...- Murmuró el azabache con los ojos cristalizados - ¿¡Por qué hacen cosas tan lindas en momentos tan inesperados!?
- Porque todos te quieren mucho Aku, a ti y a los niños- Respondió el contrario para rodearlo con sus brazos - Porque todos están muy felices por ustedes
- Y por ti, idiota... por ti también- Agregó correspondiendo el abrazo - ¿¡Y ustedes que me miran!? ¡Vayan pensando en cómo hacer que deje de ponerme a llorar cada cinco segundos por el sentimentalismo!
- Que amargado- Se quejó Mori divertido - Yo digo que en cuanto puedas, me llames para asegurarnos de que todo irá bien...
- Yo digo...- Intervino Fukuzawa de inmediato - Que recurran a Yosano para que la operación sea más segura y menos riesgosa, ya saben, por si acaso...
