• AL CUIDADO DE UNA PEQUEÑA •

4. Interés sobrevalorado

~ Dime qué eres inseguro sin decir que eres inseguro ~

El cobalto tomaba una taza de chocolate caliente en compañía de Vainilla, Cream y Rouge, después de revisar que la pequeña Amy estaba completamente a salvo, después de que la albina salió de aquella habitación, el la siguió a paso veloz, era el más interesado en saber el estado de la pelirrosa, además, después de lo sucedió no sabía cómo hablar con el azabache...

– Conocí a Amy cuando aún era una niña, pero verla siendo un bebé es realmente adorable – comentó Vainilla mientras admiraba la cuna en la que dormía la menor

– Es muy pequeña y muy linda – añadió Cream con dulzura siguiendo el ejemplo de su madre, ambas se habían encargado de buscar ropa y complementos que la bebé necesitaría, aunque algo era muy seguro, sin importar que ropita fuera, Amy era una bebé bastante tierna y adorable, no tenía que estar despierta para demostrarlo, como ahora, ella se mantenía durmiendo boca arriba respirando suavemente mientras una de sus manos apretaba con fuerza el dedo índice del cobalto, sus mejillas sonrosadas y flequito desordenado era digno de admirar por horas y horas

– Sabía que los erizos bebé eran pequeños, pero no sabía que tanto, creo que cabrían 5 en mi mano – pronunció la albina con curiosidad al medir su mano con el tamaño del pequeño cuerpo de Amy

– Dependiendo de la especie pueden ser más grandes o pequeños, pero casi siempre tienen ese tamaño, por eso los embarazos suelen ser múltiples, vienen varias crías en camino en algunas ocasiones – explicó Vainilla con dulzura contando un poco de su basta experiencia

– Siempre creí que vería a Pinky reflejada en alguno de sus hijos cuando fuera mayor, pero admito que tienen razón, es bastante tierna como para evitar mirarla – agregó Rouge con una expresión tranquila – No dirás nada, Big Blue? –

– Ya lo han dicho todo – expresó con una sonrisa ladina mientras se mantenía atento a la menor, aún no podía creer todo el caos que había ocasionado al pensar que esta niña era producto de una relación entre Shadow y Amy, es más, ni siquiera sabe cómo fue que ese pensamiento se arraigo en su mente, solo apareció y lo hizo enloquecer, realmente estaba confuso, solo ella era capaz de poner todo su mundo de cabeza, así había sido desde el instante en que se conocieron

– No te preocupes cariño – expresó Rouge causando sorpresa en el azulado – Cuando Amy vuelva a la normalidad podrás pensar en hacer otra pequeña erizo como ella –

– Rouge! – pronunciaron al unísono Vainilla y Sonic, este último sonrojado como un tomate –

– Solo decía, no se enojen conmigo – comentó Rouge con una sonrisa victoriosa, sin embargo, su interés estaba posado en el cobalto de púas largas quien se había mostrado sumamente interesado en la menor, al punto de no querer irse para dejar que las féminas se hicieran cargo de sus cuidados...

Mientras tanto, Knuckles y Tails se dirigían a la habitación donde se encontraban los demás, se sentían confusos e intrigados, intentaban averiguar qué fue lo que ocurrió en aquella pelea, y a que se refería Shadow con que Sonic tiene inseguridades?, Aunque Tails tenía ciertas sospechas prefirió callar por el momento, al menos mantendría el secreto hasta recolectar todas las piezas del rompecabezas

~ Flashback ~

- Controlarme yo? Controlen a su bestia azul!, qué clase de imbécil se atreve a retarme solo por sus propias inseguridades?! - exclamó con evidente molestia el azabache -

- Inseguridades? - Murmuró Tails confuso - Qué clase de inseguridad podría tener Sonic? -

Shadow suspiro pesado, casi como un gruñido, odiaba que las personas estuvieran encima de él como si tuviera todas las malditas respuestas del universo - La patética excusa de héroe que tienes como amigo me acuso de haberle robado la inocencia a Amy y de haberla embarazado - dijo el mayor sin reprimir sus palabras -

- Qué? De dónde rayos saco eso? - cuestionó Knuckles incómodo, le costaba asimilar que el azabache dijera todo eso sin sentir pena, era un tema delicado! Al menos así lo consideraba el Echidna

El azabache dio una respuesta corta y se fue a otra habitación sin dar más explicaciones

~ Fin del Flashback ~

– Crees que él esté bien? – le cuestionó el echidna al zorro de dos colas con cierta preocupación – No es normal que pierda el control así como así –

– Tal vez es el estrés – explicó el pequeño – Cuando empezamos a seguir a Rouge, el ya se veía preocupado y encontrar aquella escena en casa de Amy, entenderás que no es nada fácil –

– Ya... No sólo cuidaremos a Amy, ahora también de la estabilidad emocional de la piña con patas – replicó Knuckles con cansancio, lo habían hecho correr desde Angel Island desde que el problema se desató, claro, no podía negar que le preocupaba la situación de Amy, después de todo es su Knucklelina, como una hermana menor que los ha acompañado desde que eran más jóvenes

– Todos estamos con los pelos de punta, Knuckles – explicó Tails con pesadez – O acaso imaginaste que algo así le ocurriría a Amy? –

– Por supuesto que no! – exclamó con molestia el pelirrojo – Qué clase de psicópata pensaría en algo así? –

– Eggman al parecer... –

Por otro lado, el azabache reposaba sobre una cama, se mantenía con los ojos cerrados y de vez cuando miraba fijamente el techo, los recuerdos de su pasado trataban de acribillarlo nuevamente ahora con una de sus amigas cercanas

– Ahora que demonios hiciste Robotnick? – pensó con seriedad el mayor mientras sobaba su entrecejo

Si quería saber lo que le ocurría a Amy, tendría que ir directamente a la fuente del problema. Se levantó con un poco de dificultad y alistó su esmeralda...

Salió de su habitación y se dirigió a donde estaba Rouge con los demás, todos estaban admirando a la diminuta eriza que dormía sin perturbaciones

– Rouge, donde está Omega? –

– Debe estar recargando sus baterías en el cuarto de máquinas, por qué? – respondió la albina haciendo memoria

– Lo necesitamos, tengo entendido que la señora Vainilla puede cuidar de Rose mientras nosotros reunimos pistas –

– No tengo problema, Shadow – respondió con amabilidad la mayor

– Perfecto, vámonos Rouge – ordenó el azabache sorprendiendo a la mayoría

– Oye, irán ustedes solos, así como así? – intervino el pelirrojo con preocupación – Y si trata de convertirlos a ustedes también? –

– Para eso va Omega, siendo una máquina no hay forma de reducirlo a un infante –

– Es cierto, lo peor que le puede pasar es que lo vuelva una calculadora – expresó Rouge con sarcasmo

– Si necesitan ayuda, iremos de inmediato – comentó el cobalto con sinceridad, supongo que esa fue su disculpa hacia el azabache, pues este solo asintió y salió acompañado de la murciélago