Te quise
Fue tan extraño como maravilloso que aun no puedo saber en que momento fue. Las pláticas se volvieron recurrentes después de que pude seguirte a cada lugar, si, parecía un niño detrás de su madre, pero me era tan divertido estarte molestando y siguiendo que no me importaban las flechas de oro que lanzaba a mi dirección o las veces que rasgabas mi piel con tu magia. Esa expresión de tu ceño fruncido era única y tan encantador que suspiraba cada vez que lo veía. En ese entonces no sabía lo que era, pero haberte encontrado fue lo que devolvió mi ánimo en batalla y el cambio del pensativo demonio a uno lleno de energía.
Todos se mostraban confundidos, hasta hace poco habían soportado un verdadero mal del que querían salvarse, estaba distraído, no prestaba atención a las tácticas de batalla por pensar en ti y ahora que sabía dónde encontrarte mi entusiasmo había vuelto. De madera diferente, pero estaba aquí.
La vida me había preparado una sorpresa, una verdadera sorpresa que no tenía que ver con muerte o destrucción.
—¡Idiota! —gritaste con enojo y un sonrojo en tus pálidas mejillas cuando te llegue por detrás a una distancia que no podías percibir mi presencia y lance un pequeño dardo a tu trasero. Tú sabias que había sido yo, nadie más era capaz de hacerte algo como eso. Las diosas eran aburridas, saludos formales, bailes educados, vino tinto. ¿Dónde estaban los sustos? ¿La buena cerveza? ¿La elegancia de un baile que significaba la vida y no sólo gente dando vueltas?. Pueden decir lo que quieran de los demonios, la maldad en nuestros ojos, la fuerza, la cena de almas, pero sabemos como divertirnos de verdad. Te volteaste con los ojos encendidos por la furia sosteniendo el pequeño dardo que tenía la punta manchada de tu sangre, por suerte habías curado rápidamente la pequeña herida y solo fue el susto.
En menos de unos cuantos segundos ya estabas frente a mi con esa misma expresión furibunda que tanto me gustaba ver. Suspiré cambiando mi expresión divertida a una que aún no sabía de qué era y eso fue suficiente para que tu enojo disminuyera levemente. Al menos ya no tenías la expresión de una psicópata que ama la sangre.
Oh, ese era yo.
—Hola nishishi—reí sin cambiar mis ojos llenos de un sentimiento raro. Formaste una mueca en esos labios rosados relajando tus músculos, seguías siendo desconfiada a mi presencia pese a a llevar varias semanas juntos, empezaba a encariñarme de tu indiferencia también.
—Hola, idiota—Solté una risa más por ese comentario tan lleno de indiferencia. Se supone que debía de ser al revés, yo era el que no sentía nada y debía de mostrarme indiferente a tu mirada hermosa, a tu cuerpo de diosa y ese carácter dulce que quería descubrir. No importaba cuanto tendría que excavar para encontrarlo, me había jurado descubrir a la verdadera sangrienta ellie. No estaba para nada cerna, pero ¡Hey! No estaba en el comienzo al menos—¡Maldito demonio! —
—¡Agh! —eso no estaba en mis planes, molesta como estabas por burlarme de ti, habías decidido que era una buena idea lanzar aquel dardo juguetón hacia mí entrepierna. Para mí buena suerte no le diste a la parte sensible que claramente apreciaba mucho, la mala es que quedó muy cerca y tu boca volvió a bajar en una mueca de amargura al no poder atinar donde tu querías. Eso estuvo más que cerca—¡Cuidado! Casi matas a mi descendencia antes de que nazcan—bromee con un ceño fruncido intentando no reír por eso. El sonrojo en tu cara aumentó, rodaste los ojos dándote media vuelta dispuesta a irte, pero me puse a tu lado con rapidez para seguir molestándote.
—Le habría hecho un favor al mundo si lograba que no pudieras reproducirte — sonreiste burlona y con amargura. De acuerdo, eso sí me había molestado de verdad. Bufé rodando los ojos y cruzando me de brazos, le habías quitado lo divertido con ese comentario, pero bueno, yo me lo había buscado por lo que dije e hice. Mierda, cada vez me sentía más débil y a la vez tan fuerte que podría destruir a todo el mundo.
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Corazón Demoníaco
FanfictionTe conocí Te quise Te amé Te perdí... En este mismo orden fue que sucedió todo desde un inicio y continuó así durante una larga tortura de lágrimas, odio y rabia. Aún así no me arrepiento de nada de lo que hice, si fuera directo al pasado sabiendo...