Novia Fugitiva 2

Capítulo 123

"Ja."

Riendo en vano como un loco salió del templo. No pasó mucho tiempo antes de que pudiera hablar.

"......Tuve un sueño irrazonable. Parece que derramaste algo".

Ni siquiera le importaba dónde estaba o quién estaba a su alrededor.

"Entonces, eras la mujer con la que soñaba todos los días".

Mientras decía cosas que no tenían sentido, Lennox no soltó su muñeca.

Mientras él pronunciaba galimatías, Juliet solo lo miró fijamente con una cara pequeña y pálida.

(Galimatías: Lenguaje difícil de comprender por la impropiedad de las frases o por la confusión de las ideas.)

"Juliet, te escapaste con un niño..."

Perdió a su hijo cuando se cayó del caballo mientras huía de él.

"Porque te bebiste la copa que te di......"

Después de tomar la copa de plata y beberla, la mujer vomitó sangre y se desplomó.

'Extraño.'

Pudo sentir claramente el tacto y el pulso regular de su muñeca, pero se puso cada vez más nervioso.

Incluso ahora, las manchas de sangre esparcidas sobre el vestido blanco como si flores rojas estuvieran floreciendo eran claras para sus ojos.

A diferencia de la mujer en el sueño que era un desastre, la Juliet frente a él estaba vestida de manera impecable.

Y ella solo lo miró sin decir nada como si fuera una muñeca.

A pesar de haber soñado innumerables veces, nunca dudó de que la mujer siniestra y reticente era Juliet.

"Juliet".

En el sueño lloraba amargamente como si alguien hubiera muerto, maldecía como una loca, y su cuerpo estaba cubierto de heridas como si la hubieran golpeado con un látigo.

"Di algo."

"......"

"Juliet, por favor."

"......"

Lo repitió una y otra vez para calmar su ansiedad.

La que estaba frente a él es Juliet, y está viva. Ella no bebió una copa con veneno. A diferencia de la Juliet en su pesadilla.

En lugar de que su cuerpo se enfriara en sus brazos, era una mujer con la sangre y el pulso calientes.

Era una Juliet viviente.

Lennox Carlisle estaba más desesperado que nunca por que ella sonriera.

Tuvo un sueño tonto, y quería que Juliet se echara a reír incluso ahora.

Pero Juliet no se rió.

Bajo la brillante luz de la luna, Juliet se veía más pálida que de costumbre. Sus labios rojos se abrieron como si las flores estuvieran floreciendo.

Juliet, que lo miraba, no dijo nada de lo que esperaba.

"Es extraño."

Como si tuviera sincera curiosidad, la cabeza de Juliet se inclinó.

Ella le preguntó sin reír ni llorar.

"Su Alteza, ¿cómo recuerda eso?"

Los tranquilos ojos azules pertenecían a la misma mujer que moría lentamente en sus brazos.