Me estaba colocando mi vestido de gala, desde que lo ví me había encantado, era color rojo oscuro, los tirantes colgaban de los hombros, no tenía mangas y de la parte de atrás se las piernas era más largo que de frente.
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( Imágen de referencia )
Al acabar de colocarlo, me maquillé un poco, colocándome un lindo labial y algo de rubor junto a algunos toques más. Al acabar me peiné y puse unos tacones altos, ya finalizando todo me miré al espejo y sonreí al verme, normalmente no me gustaría como me veo, pero desde que tengo a mis mejores amigos a mi lado, la falta de autoestima nunca más fué un problema, los adoraba en serio.
Pero volviendo al tema, ya lista, llamé a Shoto, para ver si ya estaba cerca de mi hogar, seguro se preguntan ¿Porqué tan elegante? Bueno, en la respuesta a su pregunta, era el cumpleaños de Momo Yaoyorozu y al yo ser una de sus mejores amigas me invitó a su fiesta de 20 años, ella era una gran heroína y también una de las chicas más jodidamente millonarias del país, era obvio que no podía ir menos arreglada.
Bueno, Shoto me contestó que dentro de 3 minutos llegaría, revise mi maquillaje y tomé mi bolso, asegurándome de llevar todo lo necesario. Escuché un claxon fuera de mi casa, así que salí corriendo y al salir ví a mi amigo en su auto negro vestido de gala.
Sonreí, era realmente atractivo y parecía un modelo, más por su auto que era notablemente caro. Lo saludé y él hizo lo mismo, fuimos a la casa de mi amiga.
Ya allí respiré con profundidad, tratando de calmarme, cerré los ojos con fuerza haciendo paz mental, pero cuando sentí una cálida mano tomar la mía los abrí, viendo como Todoroki me miraba con una muy leve sonrisa.
- Te ves muy bien T/N y eres una buena chica, tranquilízate - sus palabras me ayudaron un poco a respirar, solté aire y volví a mirarlo decidida.
- Hagámoslo - sonreí, mostrando confianza y aún tomádos de la mano entramos a la gigantesca mansión.
Una vez dentro vimos a muchos de nuestros antiguos amigos de la U.A, los saludamos, yo bastante alegre de volver a verlos y el mitad mitad un poco serio, pero se veía su alegría al volver a verlos. Pero ese rostro serio cambió drásticamente al notar una cabellera peliverde, rápidamente me arrastró hacia allí y cuando llegamos ambos se encontraron.