Septem Peccata Capitalia [ Seven Deadly Sins - Saga ]

PRIDE - Daughter of Evil

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❝ DAUGHTER OF EVIL ❞

« PRIDE / ORGULLO »

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— ¡Arrodíllense ante mí! —exclamó una voz que hizo eco en las paredes del gran palacio.

Todos, sin excepción de nadie, hizo caso a la orden dada por su alteza real y descendieron sus rodillas para con su reverencia dar tributo a la máxima autoridad del reino de Lucifernia.

¿Quién era esa extraña de largos cabellos negros en bucle y de ojos rojo como los rubíes que se encontraban en los incontables cofres llenos de riqueza que poseía?

Pues nadie habría sospechado entonces de lo ocurrido tiempo antes, donde por azar del destino se encontró a la única heredera del linaje real de la gran Lucifernia. Situada en un lugar lejano y dónde la piedad no conocía ningún rostro que pudiera llamarse como humano, ese era el lugar entre el que la princesa y actual heredera a la corona se encontraba reinando. Su belleza era la viva imagen de su fallecida madre, mas su codicia y actuar eran el digno reflejo de la crianza pasada que le había llegado a dar su padre cuando en un reino lejano la tenía con él.

Todos conocían bien la leyenda en el que los peores temores de los ciudadanos se volvieron realidad y, por supuesto, no era extraño que antes de la imposición de su mandato ante la comprobación de su supuesta sangre real, aquella historia fuera de boca en boca tan rápido como un rastro de pólvora prendida.

Su nombre era Celestia Lucifen Gallerian d'Autriche de Ludenberg, mas incluso pese a todo lo que por su pasado rondaba, aún sin el apellido de su difunto padre era una digna descendiente de los poderosos e infames Gallerian. Lejos estuvo en las memorias ahora distantes aquella niña de apariencia débil y de débil respirar, que incluso postrada en una silla de ruedas parecía que toda su vida iría a pasar.

Nada de lo que entre escombros había acabado con su padre había creado de la sombra que algún día fue aquella chica que se convirtió en la princesa de ese reino.

Rodeada por grandes lujos apenas con 14 años de edad, sin duda una de las gobernantes más jóvenes de todos los reinos y, según se había escuchado hablar, una de las más despiadadas y firmes por excelencia.

¿Pero qué cabía de esperar sabiendo cuál fue su modelo de crianza hasta antes de cumplir su primera decena de edad?

Un juez despiadado que se había divorciado de la anterior reina de Lucifernia, el cual fue considerado alguien temible y despreciable, un digno reflejo de cómo los padres influyen directa o indirectamente sobre sus hijos sin importar la forma en la que se comporten con ello. Y es que rodeada de muebles finos que eran su adoración, así como de otros lujos que pocos o ningún otro en su reino podía llegar a soñar, le era demasiado fácil ignorar el exterior al vivir en la más lujosa de las burbujas en las que entre bienes pudo encontrar su supuesta felicidad.