1. Angelina en su mundo

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El cliqueo constante del ratón y mi respiración intranquila era lo único que se oía a través de mi micrófono. Eran las seis y media de la mañana y al despertar, lo primero que recibí fue un mensaje de mis hermanos (los cuales parece que nunca duermen) invitándome a jugar con ellos una "partidita mañanera" para empezar el día con alegría. No un:«que te vaya bien hoy hermanita», o un «ojalá tengas más suerte que ayer». No, ellos no.

-¡No me lo puedo creer!-exclamé mientras me quitaba los cascos y me retiraba hacia atrás con mi silla.-¿Otra vez? ¿En serio? ¡Venga hombre! ¡Por favor!

La risa aguda de mi hermano Guille se escuchó por mis cascos; incluso sin ellos puestos se oía a la perfección.

-¿Qué me habías dicho hace un rato antes de empezar? ¿Eh? ¿Hermanita?- Guille aplaudía y celebraba su victoria.

-Que te iba a partir la boca...-rezongué a la vez que me volvía a colocar los cascos en su sitio.

-¡Exacto! Y ¿Qué ha pasado?-preguntó, burlón.

Entonces Ángel chistó a mi hermano a modo de riña.

-Genio, son las seis y media de la mañana. ¿Puedes dejar de gritarle a tu hermana por favor?-dijo y continuó hablando.-Como me digan algo esta tarde verás; que los vecinos siempre la pagan conmigo por vuestra culpa y no sabéis lo que jode eso cuando llegas cansado del curro.- gruñó en un susurro.

-¿Cansado de qué? ¿De estar sentado en una silla todo el día, beber café y mirar por la ventana en la oficina?-dijo Guille.-Porque creo que es lo único que haces ¿eh?

-Parad de una vez por Dios Santo...-suplicó Azael, el menor de mis hermanos.

-Eso díselo a este, no a mí; Que está a la defensiva desde por la mañana ya...-se defendió Ángel.

-No estoy a la defensiva, ¡tú vas a la ofensiva!- se defendió esta vez Guille. A lo que Ángel le respondió con un «¿A la ofensiva de qué?»

Alejada de su discusión, yo miraba la hora en mi móvil. Habían pasado cinco minutos que, aunque pareciese poco tiempo, tenía que estar en clase antes de las siete y media y mi universidad no estaba muy cerca que digamos; además de que aún seguía en pijama y no había ni desayunado.

Volví a centrarme en la conversación de los chicos para despedirme, colgar y empezar a prepararme para salir de casa.

-En fin...Chicos, yo me marcho ya ¿vale?-mis hermanos dejaron de discutir para soltar un sonido de desagrado.

-¿Qué dices? ¿Ya?...-dijo Ángel con tristeza en su voz.

-Joo...Tía, que me hace falta tu ayuda con una cosa...-no le veía la cara a Azael pero estoy segura de que ponía cara de cachorrito.-Además. ¿Ya no me esperas? ¿O qué? Pensaba que íbamos a ir juntos a clase.-lloriqueó.

-¿Para qué vais a ir juntos si os encontráis una hora más tarde los dos?-dijo Guille.-Dejadla ya que se tiene que ir. Leche...No seáis tan pesados.-chasqueó la lengua.

-A ver, pero es igual.-se quejó Azael ante la pregunta de Guille.-A mí me gusta ir con mi hermana a la universidad.- dijo y calló unos segundos.-Bueno, a la universidad y a donde sea.-corrigió.

-Sí, cogidos de la manita.-soltó Guille, seguido de una risilla burlona.

-Ay...De verdad Guillermo...-suspiró pesadamente Ángel.-¿Por qué eres siempre tan..."Así"? Tío.

-Pues porque soy yo, y yo soy el mejor. Desde siempre.-se pudo escuchar cómo se crujía los dedos a través de su micrófono.

-Sí sí...Tú y tu alta autoestima...-dije mientras ponía los ojos en blanco.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2022 ⏰

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