Eran las cuatro de la mañana y yo me encontraba tirada en mi cama con los ojos como platos clavados en el techo. Mi insomnio comenzaba a alcanzar unos límites inimaginables, haciéndome pasar noches en vela, unas tras otras, con mi única compañía. Mis demonios.
No sé en qué día vivo. Mi mente vive prisionera a la rutina y no es capaz de imaginar una vida tranquila... feliz. Lo único que puedo ver a mí alrededor son personas rotas, como muñecas de trapo. Somos marionetas de una energía, Dios o el propio "destino" a la que nosotros llamamos vida. Y si nos lo planteamos mejor ¿De verdad merece la pena vivir así? ¿Es esto realmente bueno para el ser humano? Mi respuesta es no. No nos merecemos esto. Esta vida a la que estamos obligados a vivir. Llena de gente que no se valora ni valora a los demás, llena de gente falsa que por la podrida envidia es capaz de matarte, llena de gente que al no poder vencer sus miedos se aferra a los miedos de otros, haciéndolos sufrir hasta un final no muy lejano. La muerte.
La muerte. Un tema muy interesante desde mi punto de vista. ¿Qué es realmente la muerte? ¿De verdad existe otra vida después de ésta? ¿O padeceremos por la eternidad en la fría y tenebrosa oscuridad a la que todo el mundo teme? Muchas veces admiro la imaginación del ser humano, es increíble.
Noche tras noche debatía con migo misma estos temas. Adoro la soledad y solo la noche podía obsequiarme de tal exquisitez como es el silencio.
Pero decidí cambiar mi destino, decidí ser yo la que manejara mi vida y no la sociedad o un Dios...Y empezaría al día siguiente en el instituto.
La vida en el instituto no era muy interesante, la gente estaba dividida en grupos y lógicamente yo no pertenecía a ninguno de ellos. Tampoco me hacía mucha ilusión la idea.
Siempre he creído que soy muy diferente a los demás. Desde luego muchísimo más madura que esa gente que entre ellos se hacen llamar amigos, (todos mis compañeros) cosa que ambos sabemos que es totalmente incierto. Llámeme testaruda, porque es como sé que me califican ellos, pero sé de sobra que todo esto que estoy diciendo es totalmente cierto.
Yo solo quiero ser feliz, y no un robot sin sentimientos, pero esta sociedad es la que me está obligando a pasarlo mal, a no ser como yo realmente quiero ser. Hablan de libertad de expresión ¡te aceptaremos! dicen ¡te entendemos! afirman enérgicamente. Mentiras, mentiras, mentiras, todo mentiras. Yo también puedo ser muy buena actriz, ¿sabéis? Porque después no tienen miedo de criticarte de arriba abajo y ponerte de todos los colores.
Bah... Pero la vida pasa, y pasa, y pasa... Pero no cambia. No cariño, no, no cambia. Cuando seas mayor, la gente va a continuar siendo igual de inmadura, vas a seguir soportando a la irritante de tu compañera, que bien, puede ser una "Barbie" o "Betty la fea".
No seáis tontos que esto consiste en tener la mayor maldad en el cuerpo posible.
Total, de todas maneras te van a hacer daño. Es más, cuanto más buena, más tonta te ven y más daño te hacen. Aunque crea que el mayor daño que una persona puede sufrir es el que ella misma se genera.
Otro tema muy importante es el ¡qué dirán...!. Yo actualmente estoy luchando contra eso, para mi es una obsesión que me come la cabeza día a día y que sobretodo no me permite dormir. Soy una persona incapaz de no lamentarse por cualquier cosa, soy capaz de echarme la culpa de algo que no tengo culpa. Y eso es muy duro, es muy duro que esos flashes te aparezcan en la cabeza antes de dormir repasando una y otra vez todos los movimientos que realice "ese día" en "aquel lugar" hace tres años. Si, hace tres años. Que también puede ser de ayer perfectamente. Y todo es por el que dirán. Siempre me pregunto ¿Qué habrá pensado él? ¿Qué habrá pensado ella? Y luego me rectifico a mi misma ¿Qué más te da? Pero no puedo evitar sentirme mal, cuando sé y de sobra que a esas personas no les importo nada.
Pero...Disfruta, disfruta, disfruta de la vida. Porque no sabemos si hay más. El presente siempre es pasajero. Aun así, creo que el ser humano vive sumergido en el pasado y poquísimas veces sale a la superficie a admirar lo bello que es el presente y en los bonitos recuerdos que se viven en él, aunque para eso está el pasado ¿no? Falso. Deberíamos utilizar nuestra memoria para las cosas esenciales, además, con los tiempos que corren no es necesario almacenar grandes cosas en ésta, ya que disponemos de aparatos electrónicos que guardan dicha información por nosotros, es absurdo lamentarse por cosas que ya están hechas y guardarlas ahí. Aunque no necesariamente tienen porqué ser lamentaciones, simplemente cosas que te han ocurrido desagradables o no. Anécdotas. Tu deber es olvidarlo. Deberíamos liberar espacio para las cosas que valen la pena de verdad y dicho espacio liberado sería ocupado por las sensaciones del día a día, que según mi punto de vista, serían vividas más intensamente y mejor.
Conclusión, antes de cerrar los ojos, voy a sonreír, a disfrutar de este silencio profundo que inunda mis oídos. Haciéndome dormir plácidamente y dándome una lección que recordaré el resto de mi vida.
Gracias vida.
Tras estas palabras, logré cerrar los ojos y calmar aquella furia que surgía de mi interior, dándome permiso para poder descansar y soñar en cómo sobrevivir al día siguiente en el instituto, planeando la manera de controlarme para no matarlos a todos.
FIN
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QUERIDO DIARIO
Short StoryNo sé en qué día vivo. Mi mente vive prisionera a la rutina y no es capaz de imaginar una vida tranquila… feliz. Lo único que puedo ver a mí alrededor son personas rotas, como muñecas de trapo. Somos marionetas de una energía, Dios o el propio “dest...