Un par de poemas

18 0 0
                                    

1.

En la incertidumbre clavada a mi vida

Que empieza en tus labios y acaba jamás

Con horas sin sueño de pensar en vano

Que tus ojos negros me quieran mirar

Es la mala dicha de sentir los versos

Por besos preciados que no se darán

La fiebre del fuego que quema los labios

Y el frío cobarde de mi soledad

El latir sangrado que suena al momento

De un tango rastrero que duele aún más

Fue un llanto, un suspiro, una herida, un lamento

El soplo del viento al son del compás

Yo te quise tanto y te anhelo más

Tú no sabes cuánto y no volverás

Canto mío rastrero de sufrir sincero

Cura el alma rota, dame algún consuelo

Pobre mi destino si es que está acabado

Sobre los pesares que se ahondarán

En la fría tumba que ya me ha cavado

Tus dulces miradas que ya no serán

Mías como estrellas que alumbre el sendero

Que abrigue mi pecho y que me hagan mirar

El sentido incierto del vivir sincero

Por algún derecho que haya de admirar

Tu pura belleza, luz, rayo, destello

Alma iluminada de amor nada más

Que al dolor inmundo contra el que me estrello

Que empieza en tus labios y acaba jamás

Yo te quise tanto y te anhelo más

Tú no sabes cuánto y no volverás

Canto mío rastrero de sufrir sincero

Cura el alma rota, dame algún consuelo

Será así el destino, yo ya estoy fundido

Aposté a tus ojos que los iba a ganar

Se torció el camino, aquí estoy solo, hundido

Me arden los recuerdos, precio por amar



2.

Sentir otro perfume, buscar otra mirada

Saber que algún día yo la podré encontrar

Sin que aceche mi insomnio su risa despiadada

Que sin saberlo nunca, me hizo tanto mal

Y fue esa la condena, que ahora arrastra mí alma

Atada a una cadena aferrada en soledad

Mientras la lluvia cae, lejos queda la calma

Mí amor a ella fue puro y no me tuvo piedad

Sentir helado viento de sus amargas palabras

Que quieran otros brazos y otros labios besar

Será triste el deceso que ya sin rumbo al abra

Me encuentro hoy abatido, hundido en mí pesar

Fue falta de coraje, o exceso de lamentos

Un par de poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora