Vista de Alex:
Que locura, que hicieron ¿acaso sabían lo que hacían? Claro que no, estaban "enamorados". Pero comenzar por el final no solo es estúpido, es confuso.
El calor de marzo era infernal, cada año los días eran más calurosos, y me veía obligada a llevar pollera o pantalón corto. La tela era incomoda, parecía que generara más calor, pero era el uniforme que se yo. A lo lejos se asomaban mis amigos, Candelaria siempre con los auriculares en los oídos, mientras los demás tienen adicciones como el cigarrillo o el alcohol, ella es adicta a ignorar al mundo. Joaquín venia detrás de ella, sus reflejos rubios lo hacían ver más guapo, aunque conociendo como es no podría ni pensar estar con él. Candelaria llega con su uniforme desarreglado, la camisa arrugada y la corbata sin atar. Parecía haber salido de tener sexo en el armario de escobas, pero así es ella, luego se arregla cuando los prefectos le llaman la atención. Joaquín parecía de buen humor.
- Eres feliz ¿de qué me debo preocupar? - exclama Candelaria.
- No te importa, descífralo sola Sherlock.
- De hecho, lo intuyo, pero Alex no sabe, así que cuéntale, así festejamos juntos.
- Perdón, pero ¿qué festejamos? - Pregunto
- La universidad de Cambridge registro mi solicitud, y quieren que vaya a una entrevista ¿entienden eso chicas? hay posibilidad de que entre.
Joaquín no podía dejar de sonreír, e imagínense nuestra cara de sorpresa cuando nos contó que hay una posibilidad de que estudie en el exterior.
- Pues haremos que tu último año sea el mejor de tu vida hijo de puta- acoto Candelaria.
- Muchas gracias chicas, enserio las voy a extrañar.
- No no, nada de despedidas, nos anticipamos, ni siquiera le contaste a Meg ¿por cierto donde está la idiota esta? - Dijo Candelaria.
No es novedad decir que la forma de expresarse de Candelaria es algo... ruda. Sin embargo la conocemos bien, y sabemos que siempre tiene buenas intenciones. Si hablamos de Meg y de su puntualidad, pueees:
- Candelaria, es Meg, llegaría tarde hasta a su propio funeral- le respondí.
- Es verdad, bueno entremos, le apartare un lugar en el fondo.
...
Quinto año no es tan emocionante cuando sabes que tu amigo no estará el próximo año, sin embargo, las primeras materias de naturales eran sumamente interesantes, menos física y matemáticas, es algo que odiare eternamente. Estaba sola en esa clase, Candelaria cursaba sociales con Meg, y solo me hablaba con 3 chicos buena onda, las demás parecían convivir en un universo en el que no existía. Mientras el nuevo profesor hablaba sobre los fundamentos de la química y sobre a lo que iba esa materia, un chico nuevo llego, tarde.
- Permiso profesor- Exclamo.
- Adelante joven, dígame su apellido así registro su llegada tarde.
- Allen profesor, Laurie Allen.
Curioso, el chico tenía el mismo apellido que Meg, de lejos no lo veía muy bien, por mi miopía. Se sentó junto a mí, lo vi de reojo y no solo tenía el mismo apellido, sino que también la misma cara, el mismo pelo, y los mismos ojos grises que Meg. Creo que he escuchado hablar sobre que Meg tenía un hermano ¿será él?
-Hola disculpa ¿conoces a Meg?
- No
¿qué fue lo que dije? me respondió de una manera súper cortante y fría. El profesor interrumpió la clase para llamarnos la atención, y le dijo que yo lo estaba molestando, yo estaba anonadada, solo le hice una pregunta. No puede ser que este sea el hermano de Meg, quizás solo estoy imaginando cosas donde no las hay.
La campana del recreo sonó, y Laurie fue uno de los primeros en salir. Me junté con Joaquín, y cuando íbamos por Meg y Candelaria, le conté sobre ese chico. Una de las cosas que admiro en este mundo es la paciencia que me tiene Joaquín.
- Te juro Joaquín, era igual a Meg, pero en chico, y tenía las manos llenas de arañazos, tengo que hablar con ella.
- Esta bien te creo.
- Claro que no, me estas tratando de loca
- Mentira, mira allá están las chicas.
Nos fuimos a sentar nuestra mesa de siempre, y Meg nos contaba por qué llego tan tarde
- Perdón chicos, con el tráfico es imposible que llegue a tiempo, pero acá estoy, y vos joaco mi amor, me debes la primicia del año.
Joaquín le conto lo que ya sabíamos, y aclaremos que Meg y Joaquín no son pareja, ella es así con todos, bueno, casi todos.
- Ay me voy a poner re sad cuando te vayas, te prometo que vamos a ir a todas las fiestas posibles darling.
- Gracias Meg, me pone feliz que sean mis amigas, menos a vos Candelaria, me asegurare de no hablarte más.
Candelaria rio, ella sabe que no es verdad, pero es su manera de quererse.
- Como yo no hay ninguna, yo que vos lo consideraría.
En eso ese chico Laurie se acerca a nosotros, media casi lo mismo que Meg, tenía buen porte y su pelo estaba recogido. La cara de Meg era algo jamás visto, no la había visto tan nerviosa desde nunca.
- Que haces aquí- dijo Meg entre dientes.
- No me hagas llegar tarde otra vez, ni siquiera sé por qué carajo acepte que me lleves.
- Perdón, pero alguien me puede explicar que pasa acá- intervino Candelaria -Meg ¿quién es él? ¿es tu hermano? se parece mucho a vos.
Meg suspira e intenta mantener la calma - chicos, él es Laurie, mi gemelo, lo expulsaron del colegio en el que estaba por...no lo es y no me importa, pero mama lo inscribió aquí y voy a tener que aguantarlo hasta que me gradué, sino es que me suicido antes.
Todos estábamos boquiabiertos, justo Meg, que publica toda su vida en las redes sociales, nos ocultaba un hermano gemelo.
- Bueno parece que su madre era muy fan de Jane Austen, no creo que sea coincidencia que vos te llames Meg y tu hermano Laurie, personajes de Mujercitas- acoto Candelaria, intentando romper el silencio.
- Ey Laurie- dijo Joaquín - voy a dar una fiesta en mi casa el sábado, estas invitado, van a ir los de sociales, naturales y economía.
Laurie acepto, aunque parecía que a Meg no le gustó.
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Estúpidamente obsesionados
Teen FictionSe odian, se quieren, nadie lo sabe. En nuestro círculo no pudimos evitarlo, hasta que ya era demasiado tarde. Su amor era tóxico, obsesivo, les atraía su manera de tortura. Se fue todo a la puta mierda, por sus hormonas. Me sentía incomoda a todas...