Pensamientos Insanos

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Prólogo:

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El cuerpo me dolía, las piernas no las sentía, y la cabeza estaba a reventar. El olor a panqueques recién hechos me hizo despertarme, era mi desayuno favorito, me desperté mi habitación estaba hecha un desastre, la ropa estaba por todas las partes de la habitación, y en mi cama se notaba que alguien había estado en la noche anterior. El problema, es que no sé quién era. Mire hacia el espejo que estaba al lado de mi cama y vi que estaba vestida con una camisa de botones, manga larga, blanca, la cual estaba abierta en su mayoría. Se podía ver mi sostén de color negro, mi cabello marrón corto estaba todo alborotado. Y sin lugar a dudas había un olor a marihuana, que tenía mi habitación intoxicada.

Me senté en la orilla de la cama, puse mis mano para levantarme y toque el suelo con mis pies, sentí el frío sin previo aviso, y cuando me levante sentí que algo sé incrustó en mi piel. Al mirar note que era un canto de botella, parecía de alguna cerveza; fui hasta mi cocina donde pude ver el cuerpo reconocible inmediatamente de mi mejor amiga. Quien se dedicaba a cocinar, con una camisa grande color negra, con azul, y un diseño de él muñeco asesino "Chuky" dibujado en la misma, su cabello negro y largo, suelto haciendo secuencia de sus movimientos. Camine hasta la mesa alta que estaba en la cocina y me senté, mire a Rebecca, ella seguía cocinando sin decir nada. Puso el plato de panqueques con chocolate a mi lado, mientras yo lo hale hacia a mi para comer.

— ¿Había algo raro cuando llegaste aquí?.

— Depende; si por algo te refieres a un hombre prácticamente corriendo sin camisa, pues no. No había nada extraño. Nada que ya no haya visto.

— Rebe...

— No me tienes que dar explicaciones solo come.

Así yo comencé a comerme mis panqueques mientras está se iba a la habitación. No dijo nada pero sabía lo que pensaba, está situación no era nueva para ella. Pero si se preocupaba bastante por mi. Recogimos la habitación, y cuando terminamos pude ver la hora, eran las 5:30 pm. Pero mi cuarto quedó recogido.

 Terminamos de recogerlo, y prácticamente no habíamos hablado nada en todo el día

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Terminamos de recogerlo, y prácticamente no habíamos hablado nada en todo el día. Hasta que termine y cuando nos sentamos esta se sentó a mi lado. Tenía una botella de vino en su mano, la abrió y comenzó a hecharlo en una de las copas. Yo la mire de reojo, sabía muy bien que algo estaba pensando.

— Me preocupas.

Dijo sin más. Yo solo me limite a quedarme en silencio.

— Desde que Demeterio.

La detuve enojada y dije.

— No lo menciones.

— Akhila, no puedes seguir así.

— Estoy bien.

— ¿Que carajos dices?. ¿Acaso te has visto al espejo últimamente? No paras de tomar, te pasas en fiestas, ni si quiera estás atendiendo bien a las clases. Te acuestas con hombres que ni conoces. Todos los viernes ya sé lo que me espera cuando vengo a tu apartamento.

Los Relatos De Mi AlmohadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora