Tras ocho meses de tranquilidad, Peter seguía acostumbrándose a su nueva vida como el hijo de Stephen Strange, dejar atrás el dolor de perder a May, Ben, Tony, a sus amigos.... Pero tras que llegara la invitación del compromiso de Christine Palmer...
"La máquina funciona perfectamente, entonces ya pueden volver" habló Reed, dejando sus lentes en la mesa principal, a todos los héroes presentes en la sala de conferencia de su equipo.
"Y no, no hay ningún peligro alguno, Wilson." Habló la variante de Tony Stark antes que Wade pudiera decir alguna cosa más.
"¿Quienes serán los primeros?" Preguntó Ben, observando a todos. "Nosotros" habló Helmut Zemo, viendo a sus compañeros de equipo y a su esposa, Ana. "Debemos volver, ya que nuestros dos hijos se quedaron con mi suegro... Además que el director Fury nos estaba informando sobre un posible peligro de Invasión" mencionó el barón. "Tiene razón Helmut, mi padre ya lleva casi 3 días completos cuidando a Carl y Heike... Cuando le dijimos que sólo sería una misión de dos días. Ha de estar muy preocupado"
"Te entendemos completamente" dijo Susan. "Nuestro pequeño igual nos hace estar muy ocupados casi todo el tiempo." Reed abrazó a su esposa al hacer mención de su hijo, Nate.
"Si me pudieran seguir" habló Ben quien caminaba con Reed al laboratorio, Susan notó como Wilson, Logan, John Blaze y Stark hablaban, este último tratando de calmar a Wilson que no iban a explotar ni nada, mientras que Donna estaba con América, ambas charlaban sobre películas y anécdotas de sus mundos. Strange entró a la sala de conferencias, ya teniendo color en su piel; América y Christine les habían contado a muy grandes, por todo lo que había pasado el hechicero en las últimas 36 horas. Tomó un vaso de agua y se acercó al hechicero. "Pensé que podría tener sed"
"Gracias, Sra. Richards" habló el hechicero tomando el vaso de sus manos y vaciar su contenido.
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"Oh por favor, llameme Susan"
La rubia le sonrió, mientras caminaba con él hacia las dos niñas. "Veo que han encontrado forma de entretenerse sin mí"
"¡Papá!" gritó Donna al aventarse a los brazos del ex neurocirujano, quien soltó una leve risa. "Es bueno verlo así Señor" habló América mientras analizaba con la mirada al hechicero, quien sólo asintió.
"¿Qué harán ahora?"
Stephen giró su mirada a Susan tras escucharla, al mismo tiempo en que Wade, John, Logan y Stark iban al laboratorio a ser enviados de vuelta a sus hogares. "Quería pedirles un favor, Susan.... No quisiera abusar de su ayuda..."
"No, sería ningún problema..."
"¿Podrían cuidar a Donna en lo que vuelva con América?" Preguntó el hechicero al mismo tiempo en que Donna soltó un sonido de molestia. "Ay papá puedo cuidarme sola, quiero ayudarlos"
"No Donna, debes quedarte. No podría estar tranquilo si estuvieras ahí..."
Susan vio la relación entre ambas personas, tal podría ser de distintos universos, pero eran padre e hija. "Claro que sí. Podemos cuidarla."
América sonrió. "Bueno, señor Strange debemos irnos... Mientras más tiempo estén esos dos libres, más peligroso será."
Stephen asintió, le dio un beso en la frente a Donna y se puso de pie, cerró los ojos concentrándose recordando aquella imagen y mensaje que había enviado Wong. "La montaña del Caos" dijo en voz baja, al mismo tiempo en que sus manos comenzaban a abrir un portal.
