𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒑𝒂𝒏𝒊c ━ 𝐢𝐙𝐎𝐌𝐁𝐈𝐄

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Ya todos los oficiales que trajo Suzuki estaban listos, con chalecos antibalas y también con armas.

- Nos acercaremos por el bosque. Cuando lleguemos a la casa, entraré primero, yo solo. No entren hasta oír mi señal - 

- Disculpe, señor. Entrar sin apoyo es muy peligroso - Intento razonar con el. 

- ¿Esta cuestionando mi orden, oficial Moore? - 

- No señor - 

- Bien. Vamos - Todos seguimos al Teniente Suzuki. 

Estábamos cubiertos cuando comenzamos a escuchar disparos. Suzuki me hizo una señal para lo cubriera mientras avanzábamos a la casa. 

- Recuerden. A mi señal - Vuelve a recalcar. 

Solo podíamos escuchar como disparos iban y volvían. 

- No puedo estar aquí. Tengo que entrar - 

- No. Las ordenes son claras Chloe. El solo podrá con ellos - Dice Clive.

Solo me limito afirmar con mi cabeza. 

Después de unos minutos pudimos entrar, Clive me mando a revisar el cuerpo de Mark que se encontraba tendido en la cocina. Revise su pulso, aun tenia, era muy poco, pero seguía vivo. 

- ¡Clive! sigue vivo - Grito en su dirección.

- ¡Chloe, quítate! - Me advirtió, pero ya era muy tarde. 

Sentí como la bala entraba en mi en la parte baja de mi abdomen y se alojaba ahí dentro, vi como Clive le disparaba mientras yo caía de espaldas sosteniéndome la herida. 

- Chloe, te necesito despierta, no vayas a cerrar los ojos - Comienza a presionar mi abdomen - ¡Oficial herido! ¡Necesito ayuda! - 

- No grites, comienza a dolerme la cabeza - Digo en un susurro. 

- ¿Puedes levantarte? Te necesito llevar afuera - 

- Eso creo - 

Comienza a levantarme haciendo soltar un alarido de dolor. Siento mis piernas como gelatina. 

- Clive, ya no puedo. Me siento muy cansada - 

- Vamos, ya casi llegamos a la salida. Solo un poco mas - Intenta arrastrarme. 

En un momento mis piernas dejan de funcionar haciendo trastabillar a Clive. 

- Solo debo dormir un poco - Comienzo a sentir mas pesados mis ojos. 

Lo ultimo que veo es la imagen de Clive gritándome cosas incoherentes para mi. 

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Quiero moverme pero siento mi cuerpo muy pesado al igual que mis parpados. Hago el mayor esfuerzo para poder abrirlos hasta que por lo logro. Cuando los abro lo primero que veo es una luz tan molesta que hace que vuelva a cerrarlos. 

- Apaguen esa maldita luz - Digo en un susurro.

- Oh cariño ¿Cómo te sientes? ¿quieres te traiga algo? - Pregunta mi madre levantándose de un sofá.

- Quiero agua - Siento mi voz muy rasposa. 

- Si, toma - Me sirve un vaso de agua. 

Intento sentarme, pero un dolor punzante en el abdomen hace que me vuelva acostar.