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"Tonto, eres muy tonto..."
"¿Algún día dejaras de ser tan dependiente e idiota?"
"Ellos me lastiman, a ti igual solo que me encargo de que no lo sepas..."
"Abre los ojos, por favor"
"Aún estas a tiempo de huir..."
Creo...
[...]
Sus ojos se abrieron lentamente al notar el intenso dolor de cabeza que sentía. Debido a este mismo soltó un jadeo fastidiado, odiaba esa sensación y más aún cuando interrumpía sus sueños.
Al parecer sus parejas oyeron sus sonidos lastimeros ya que se encargaron de envolverlo entre sus brazos como si eso sanara todo mal de su vida.
A pesar del malestar que sentía se puso minimamente mejor al sentir el confort de ellos.
Los observo y se veían tan pacíficos durmiendo, como ángeles a los que nada les afecta.
Si pensaba en el sueño que acababa de tener no lo entendía, no lograba descifrar el mensaje que esa lastimada voz intentaba darle con desesperación.
No le daría importancia. Segismundo muchas veces se lo dijo, los sueños son solo eso, sueños. No tiene porque darle vueltas a algo que su cerebro invento mientras dormía.
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Golpeteos resonaron en aquel silencioso despacho, alguien llamaba a la puerta, ocasionando que los dos hombres que se encontraban ahí dentro haciendo papeleo suspiraran fastidiados. Su mal humor aumento más al ver quien es que solicitaba su atención.
H.- Pensé que Gus estaría aquí, ¿pueden llamarlo así viene?-. Pregunto sonriente.
V.- No, a diferencia de usted él si se encuentra haciendo sus labores. Ahora salga de aquí por favor-. Siempre era así con las personas fuera de su círculo familiar, frío.
