Para abrir el nuevo proyecto de la nueva saga de "Herederos de las Flores" tenemos la primera entrega de la saga que abre esta nueva aventura.
Atractiva Seducción, la historia de Anastasia Becker y Ethan Stirling quienes son de los primeros herederos mayores de la mafia y nos mostrarán lo que conlleva seguir el ejemplo de sus padres, incluso ser los mejores.
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Prólogo:
Entro con paso firme al interior de la bodega seguido de mi hermano, quien es mi segundo al mando y consejero en la mayoría de mis negocios. El olor a pólvora y acero, llegaban a mis fosas nasales con fuerza pero es un olor característico al cual he estado acostumbrado, toda mi vida.
—Acabando con esto, me largo de fiesta a beber. Hace años que no veníamos y necesito recordar los viejos tiempos—
Ruedo los ojos ante la voz de mi hermano, quien camina a mi lado ahora con su tableta en su mano. Revisando la orden del cargamento de diamantes que habíamos comprado y que ahora, veníamos a recoger.
—Patrick, tú siempre quieres salir a beber—
—Claro, hermano— refuta Pat— no vivo sin el alcohol...—
—Creo que cada vez, está más claro, quien sacó el espíritu fiestero de la tía Rea—
—Y claramente, este idiota— me señala mi hermano mientras se ríe— sacó lo amargado de papá—
Mi hermano y yo nos detenemos al escuchar una voz familiar cerca de nosotros, miramos hacia arriba para ver un par de ojos verdes que nos miran con cierta burla. Sonrío de la misma manera.
—Miren quienes se han dignado a pisar suelo alemán— finge una falsa expresión de sorpresa— ¿Que? ¿Finalmente mis tíos decidieron correrlos de Rusia y buscan consuelo conmigo?—
—Ya quisieras, idiota— río entre dientes— ambos sabemos, que soy el favorito de mamá. ¿Por qué no mejor bajas?— arqueo una ceja— ¿Acaso nos tienes miedo Azrael?—
—Sigue soñando, Lobo—
En menos de un parpadeo brinca por la barandilla que da hacia su oficina en la bodega, para caer con gracia y elegancia frente a nosotros como todo asesino profesional, sonríe.
—¿Y bien? ¿Qué sigue? ¿Me abrazan o nos damos un beso de tres?—
Carcajeo y me acerco hasta mi primo el cual me recibe en un abrazo fraternal, palmeo su espalda antes de soltarlo.
—Renzo—
—Ethan— asiente en mi dirección, mira a mi hermano— ven aquí, cabrón. Que también hay abrazo para ti—
—Mejor bésame, primo—
—¿Y si mejor besas mi pene?— refuta con una sonrisa— ¿El beso en mi pene o el abrazo? ¿Qué escoges?—
