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This is surely not what you thought it would be

 I lose myself in a daydream

Harry sale de la habitación cuando la mayoría de invitados están esperando en sus asientos previamente asignados, todos con sonrisas falsas y pulcras vestimentas. A él le gustan los colores pasteles, pero no puede percibir el entorno de la misma forma que lo haría en un desfile de Liam; en esos, todo se siente libre, mágico y dulce.

La iglesia es como el infierno, solo que en color pastel.

Entonces, lo ve. Y Harry jura que es una super nova que rompe cada uno de los estigmas que hay en ese lugar. De un morado brillante, con detalles de encaje, su cabello con algunos rizos que van hacía atrás, mostrando al precioso hombre del que esta enamorado, y dejando un recordatorio de porqué arriesgó su cabeza más de una vez.

Era un cobarde, sí. Pero era un poco menos cobarde cuando estaba con Louis.

—¡Harry! ¡Danna esta por llegar! —Liam no grita realmente, Harry solo lo percibe como algo ensordecedor.

—Ya lo se, Li, todos están diciendo lo mismo.

Puede escuchar la pequeña risa de Liam mientras este se acerca.

—Bueno, soy el padrino, es mi deber avisar —el más alto se encoge de hombros, sonriendo tranquilo—. Todavía puedes huir por la puerta trasera, mi auto esta en el estacionamiento y las llaves en mi bolsillo.

Harry sonríe, porque no es una idea tan terrible. Incluso logra imaginarlo; saldría corriendo con las llaves en su mano, se escondería en el auto y lo llevaría hasta la plaza más cercana, tan solo para llamar a Louis y decirle que corra hasta ahí.

Sería un perfecto sueño.

—No me desagrada la idea —susurra Harry—, pero ya hice otra promesa.

Liam levanta las cejas, dirigiendo su vista a Louis, sorprendido.

—¿Él va a...?

Harry tan solo asiente.

Liam se prepara para el campo de batalla en el que se convertirá la iglesia.

Louis no encaja ahí. Todo se ve demasiado limpio, y ahora siente que su ropa morada esta fuera de lugar.

Tampoco es que las iglesias sean su lugar favorito en el mundo, mucho menos cuando el amor de su vida va a casarse.

Todavía puede recordar a Harry llorando la noche en la que su padre lo obligó a proponerle matrimonio a Danna en una cena familiar, y fue una de esas tantas veces en las que no se prohibió preguntar las razones de Harry para nunca hablar por si mismo; y es que Harry fue educado así, su crecimiento se basó en tener miedo, todo el tiempo ha sido tratado como un objeto más que como una persona.

Aunque quiera, Louis no puede juzgarlo por no atreverse a salir de casa y dejar de hablar con su familia. Puede que él lo hiciera, pero Harry no está en la misma posición.

Y está enojado, está molesto, no puede sentirse traicionando porque Harry se lo estuvo advirtiendo desde hace mucho, y Louis quiso quedarse de todas formas; Harry se derrumbaría sin su apoyo, mucho más fácil en los últimos meses, a pesar de que en años anteriores Louis hizo todo lo posible por pagar un psicólogo que ayudará a Harry.

Todo iba bien, hasta esa maldita noche. Harry estaba dispuesto a irse, y entonces llegó el compromiso.

Marie lo dejó cinco minutos atrás, justo cuando Danna estaba por llegar, y Louis se siente aún más fuera de lugar al esperar solo, de pie junto a la entrada, y buscando con la mirada a Harry.

Puede ver el deseo silencioso que Harry implora a él.

Louis nunca en su vida ha roto una promesa, y esta no va a ser la primera vez que lo haga.

Sus cejas se arrugan cuando Liam se acerca a él, a pasos rápidos y confudos.

—¡Los guantes! —suspira Liam, llegando hasta su lugar—. Olvidé darte los guantes.

Louis niega divertido, pues él también lo olvidó por completo.

—Solo dámelos y corre, la perfecta novia esta por llegar.

Liam ríe, toma los guantes blancos de su saco y se los entrega a Louis.

—¿Supiste lo de anoche? —pregunta Liam, en cierto tono curioso.

—¿Qué cosa?

—Ella estuvo en el bar de Zayn con una chica anoche, y bueno... ya sabes, terminaron en las habitaciones, pero Joszie llegó y Zayn tuvo que mentirle a diestra y siniestra.

Louis alza las cejas. Danna toma demasiados riesgos, nunca piensa en las consecuencias y terminan pasando cosas como esta.

—¿Una chica? ¿Chica que nosotros conozcamos?

Liam asiente, y Louis jura que podría desmayarse.

Marie, claro que era Marie.

—Tengo la sensación de que va a haber una quema de brujas esta noche —bromea el castaño, buscando no entrar en pánico.

Taylor se acerca a ellos para irrumpir en la conversación.

—Que yo sea la primera, por favor —se queja, apoyando su cuerpo al costado de Louis—. Un solo segundo más con este vestido y rodaré por las escaleras.

—Pero no es tan... feo —intenta Liam, pero no funciona.

Un escandaloso auto azul llega a la iglesia, y todos saben que el verdadero show esta por comenzar.

—Díganme que alguien va a impedir esta mierda —ruega Taylor—. Porque créanlo, si Danna dice no, este va a ser un infierno peor que la secundaria.

Speak Now! ▪ ︎L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora