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She floats down the aisle like a pageant queen
But I know you wish it was me
You wish it was me
Don't you?

—¿Listo para la guerra, Hazzie? —pregunta Liam, con ese característico tono divertido que pretende aligerar la tensión.

No es de ayuda, pero Harry aprecia el gesto.

Ve a las damas de honor entrar, y se divierte al notar que no es el único que no quiere estar ahí. Al menos, tres de las cinco chicas, parece que están siendo torturadas y amenazadas para cruzar ese pasillo, ya que, a pesar de sus bonitas sonrisas y brillantes vestidos, todas parecen desear huir de los tacones y flores.

—¿Estoy listo? No —balbucea, apenas suficientemente alto para que su amigo lo escuche—. ¿Estoy enocionado? Puede que sí, ¿eso sería malo?

Harry sabe que, los únicos felices por su matrimonio, son sus padres y los de Danna.

No es como si un anillo fuera capaz de hacer que Danna deje las fiestas, el alcohol constante, y las aventuras nocturnas con descinocidos, pero hay que dejarlos tener fe. Danna vive su vida de una forma, y sus padres quieren que la viva de otra.

Claro, porque seguramente se va a convertir en un ama de casa por un anillo de diamantes, ¡JA!

—¿Los votos se dicen antes o después de la objeción? —pregunta Liam, algo confundido por su propia mente.

—Después.

—Que bueno, porque Danna perdió los suyos en el bar.

Harry lo mira, algo alarmado.

—¿Y Zayn? ¿No se los regresó?

Liam lo mira irónico, como si fuera la pregunta más estúpida que ha escuchado en su vida.

—¿Crees que Zayn, de todas las personas en el mundo, iba a hacer algo por ayudar en esto?

Harry suspira, sonriendo. Al menos, sus risas pueden ser disimuladas por alegría.

—Tienes un buen punto.

Sus palabras son silenciadas por la triunfal entrada de la novia. Danna luce preciosa al caminar con su vestido blanco; flores en su rojo cabello suelto, de tonos rosados y suaves; el velo arrasando sutilmente las miradas, con cada paso que ella da.

Harry debe admitir que ella se ve sumamente hermosa, y que el vestido es más que perfecto para la ocasión; sin embargo, no puede evitar pensar en lo mucho que ella debe odiar su vestimenta, su peinado, e incluso el lugar. No porque sean feos, o porque a ella no le gusten las cosas rosas y suaves; si le gustan, pero no significa que este contenta de casarse con alguien que no ama y, que además, tampoco la ama de regreso.

No importa cuantos vestidos y flores tenga; la belleza no puede reemplazar el disgusto por vivir una vida que no te pertenece.

Harry esta enojado, porque odia pensar en todo lo que está pasando y porque desearía ser quien cruza el altar, dispuesto a tomar a su amado en matrimonio.

Entonces, se pierde en sus propias ideas imposibles.

Su caminar por el pasillo sería ligero, pero ansioso al mismo tiempo; llevaría un traje diseñado por Liam, tal vez blanco, solo para combinar con Louis; y su se dejaría crecer el cabello durante todo el año previo a la boda, solo porque Louis le había dicho que su cabello largo era hermoso

—Yo, Louis Tomlinson, te tomo en sagrado matrimonio. Para amarte, respetarte y estar siempre a tu lado —incluso puede imaginar a su ojiazul diciendo aquello, a pesar de ser un ridículo discurso que el odiaría.

Y Louis también se vería hermoso, perfecto en un traje negro, porque el negro resalta más sus ojos. Tal vez llevaría uno de esos broches que tanto disfruta fabricar, con algún símbolo de amor que habría diseñado días antes.

—Yo, Harry Styles, te tomo en sagrado matrimonio. Para amarte, respetarte, y estar siempre a tu lado.

Porque esa sería su noche mágica, su perfecta velada de matrimonio.

Todo lo que necesitaba era a Louis, un par de sus amigos, un predicador y... ser libre, por supuesto; necesitaba ser libre para poder ser valiente.

Pero no, eso no está sucediendo; no está caminando al altar, con Louis esperando por él con una de sus hermosas sonrisas repletas de orgullo. No, es él quien está esperando en el altar, por alguien que no ama.

—Queridos hermanos: Estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el Ministro de la Iglesia y la comunidad cristiana ahora reunida...

Jodido predicador; lo sacó de su maravillosa ensoñación, solo para decir un montón de idioteces que a nadie le interesan.

Harry deja de escuchar a la mitad, o tal vez menos. Ni siquiera le importa, ni siquiera quería un matrimonio de iglesia, y su familia se negó a hacer primero el civil. Ridículo; era más fácil renunciar a una boda por la iglesia, que a una legal.

—... Por tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre vuestra intención.

Maldita sea.

Oh, que Dios lo perdone, pero su iglesia es una jodida mierda.

Speak Now! ▪ ︎L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora