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—¿Qué? - El Omega se quedó en silencio tras escuchar un disparo.  —¡¿Qué?! ¡Alessandro ven acá! Joder soy psíquico. ¡Esto es demasiado, si tengo poderes psíquicos!

El Omega hizo una pequeña mueca al escuchar ese grito.

Se quedó sentado, sintiendo a sus amigas verlo, su expresión seguramente era una de espanto.

Y no estaba.

El Beta soltó un silbido mientras miraba a su amigo disparar de nuevo, soltó una risa maliciosa mientras le miraba atentamente al verle acercarse más tranquilo.

—¿Qué? - dice mientras tomaba de aquella copa de vino, soltando un suspiro pesado después mientras dejaba aquella pistola sobre el colchonado asiento.

Sus negros cabellos estaban un poco pegados a su frente mientras veía a su amigo mientras tomaba aquella botella de vino comenzando a servirse llevando después esa copa a su boca.

—¡Vas a ser papá! - Dice con entusiasmo.

Y escupió.

—¡¿QUÉ YO QUÉ?!

El Omega continuaba escuchando aquella voz entusiasmada, mientras que otra voz más ronca gritar. Sus amigas tomaron su mano libre mientras veían su expresión.

¿Cómo dices que te llamas? - el pelirrojo apretó sus labios, pensando que tal vez no fue buena idea llamar.

—A-a.. Yo..

Aurora tomó el teléfono. Y comenzó a responder esta vez ella mientras miraba a su amigo quien estaba pálido. Su expresión estaba algo sorprendida y algo asustada.

Escuchaba muy lejana la voz de su amiga, se levantó de golpe llevando sus manos a su estómago abriendo de más sus ojos, tropezando, haciendo que las Alfas y Omega gritasen asustadas con preocupación por el.

Aquellas manos delgadas y grandes sostuvieron su pequeño cuerpo, su expresión seguía pérdida.

Tal vez solo estaba alucinando y el padre de su alien era solo un hombre que trabajaba algo con el Gobierno, cómo policia un soldado tal vez. . . ¿Verdad?

Su respiración estuvo un poco inestable, mirando después a su amiga castaña, Aurora le dió una mirada.

—¿Qué te parece si conocemos al padre de tu.. ¿Cómo es qué le dice?

—Alienígena.

—Eso. — Asiente — del alien qué está creciendo y succiona tu vida en una semana.

—¿Una semana? - Jasper por fin pudo decir algo.

—Una semana.

El Omega asintió un poco, aún siendo sostenido por las Alfas soltando un pequeño suspiro.

—Necesito un helado.

Y eso hizo que la mirada de las Alfas fueran sobre el aún  mejor.

—¿De fresa?

—¿Chocolate?

—¿Vainilla?

—¿Chocomenta?

—¿Frutos rojos?

El Omega abrió sus ojos viendo y se sentó tocando su estómago aún plano.

—Nosotras podemos conseguir lo que más se te antoje. - hablaron juntas, haciendo que las mejillas de Jasper se pusieran rojas.

Aurora soltó una risa, haciendo que las chicas se alejasen de su pequeño amigo. Este parecía comenzar a sentirse raro por esa atención qué comenzaba a recibir de los y las Alfas.

Los Alfas al parecer tenían algo con el aroma y feromonas de un Omega embarazado.

El Omega miró a la castaña mientras recargaba su frente en su hombro después, sintiendo un par de caricias en su cabello.

—Chicas, lo están abrumando. — Dice con calma y las Alfas dieron un respingo alejándose juntas un par de pasos atrás desapareciendo su propios aromas.

Jasper se pudo sentir más tranquilo al no sentir el aroma a Rosas, Roble, Chocolate, Canela y Lluvia. Solo sintiendo ese aroma a vainilla de la Omega, sus ojos se cierran derrumbandose sobre el sillón haciendo un pequeño puchero.

—¿Creen que... quiera conocerlo después? - sus ojos se alzando hacia sus amigas.

—No lo sabemos. — Admite una de ellas. — Pero si no quiere yo me hago cargo de ese bebé.

Una jadea.

—¿Por qué tienes que ser tú?

—¿Y por qué no?

—Claramente puedo ser yo también, puedo hacerme responsable de ese bebé. - otra habló y el Omega soltó una risa al ver como comenzaban a pelear.

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El Alfa se quedó mirando un punto fijo, escuchando como su amigo hablaba por el teléfono mientras sentía su pecho mojado debido al vino, alzó la mirada hacia su amigo bien cuando colgó.

—Padre. — Susurra mirando un punto fijo nuevamente. —No puedo serlo. No dejó ni serlo.

Su amigo hizo una mueca mientras miraba su aparato.

—Pero lo vas a ser.

El Alfa se quedó en silencio.

—Pero yo no quiero — abraza su abdomen mojado.

—Pero lo deseas... ¿O me equívoco?

—Por favor — encendió un cigarrillo. — Soy un mafioso ¿me vez cara de padre de familia? Definitivamente le diré que abor.. - y un golpe en su rostro le hizo quedarse callado, notando que su amigo le había lanzado aquel teléfono.

—¿Acaso acabas de enloquecer? ¿Sabes lo que causa eso en un Omega?

Y el Alfa se quedó en silencio, está vez solo caminando al interior de esa casa, mientras soltaba un pequeño suspiro, apagando el cigarrillo, haciendo una mueca con su boca.

Su mirada estaba sobre la pared completamente negra.

Un ¿hijo?

Definitivamente eso no estaba en sus planes de vida.

—Iremos a Nueva York en una semana. — El chico murmura y el Alfa asintió un poco mientras pasaba sus manos sobre su cabeza. —Tendrás tiempo de pensar con la cabeza fría y sabrás que hacer después.

El Alfa no dijo nada.

—¿Ale?

—¿Umh?

—La paternidad es deseada, recuérdalo.

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MishapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora