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Pino y Fresas

Una pequeña arruga adornaba su frente mientras que sus labios se fruncían en una mueca de enojo, estaba harto de todos en aquel lugar.

Podía categorizar aquella reunión como la más inútil del año, y eso que habían reuniones que lo habían hartado a lo largo de su carrera.

Como jefe y dueño de la revista más conocida del país, en su vida se la paso de reunión en reunión.

Con apenas 25 años Jimin lidiaba con tantos inútiles que ya no tenía manos para contar. Desde que asumió el puesto después de que su madre le haya dejado todo al mando, no paro de trabajar para que aquella empresa no decaiga y todos sus esfuerzo y logros a lo largo de los años dieron frutos.

Sin importarle los prejuicios por ser omega se hizo respetar con mucho esfuerzo. Su madre alfa era una de las principales que lo apoyo en todo y no le importo que su hijo tome el mando en un rubro tan demandante y prejuicioso, sabía que su pequeño podría con todo. Jimin era el hijo mayor en la familia Park, pero todos pensaron que al nacer omega y su hermano menor por apenas dos años alfa, la señora Park Hyejin esperaría a que su hijo menor creciera lo suficiente para tomar el cargo. Pero no, todos se sorprendieron cuando Park Jimin cruzó las puertas de la oficina donde su madre se reunía con todos los socios de la revista para dar anuncio de su retiro, dejando a su hijo mayor como jefe y dueño de todo.

Existieron veces donde Jimin se había lamentado no ser alfa, quería que lo respetarán y lo dejaran de tratar como una porcelana china o una máquina reproductora de bebés. Pero gracias a su padre omega se dio cuenta que él era más que eso, así que dejó de lamentarse por ser omega y comenzó amar lo que era y a hacerse valorar sabiendo lo fuerte, inteligente y independiente que era sin necesidad de ser un alfa. Y aquello se lo había dejado muy en claro a todo aquel que se dignara a faltar le el respeto solo por ser omega.

Su carácter era bastante tranquilo, con su familia era muy risueño y cariñoso, pero en el momento en que tenía que tratar con asuntos del trabajo y/o amorosos, era un poco reacio, serio y demandante.

Tuvo que dar una imagen poderosa a lo largo de su carrera y por eso con las personas solía ser bastante hostil, más que nada con los alfas.

Parejas no tuvo muchas, los dos con los que pudo concretar una relación (si es que así las podría llamar) terminaron sacando su lado "macho alfa orgulloso" a lo largo de la relación tratando de persuadirlo para que deje su puesto y se dedique a su familia como "buen omega", así que Jimin inmediatamente los sacaba de su vida sin mucho esfuerzo.

Ya se había rendido en el ámbito amoroso, nadie logró hacerle sentir un poco de cariño o amor aparte de apetito sexual. Tampoco podía pasar sus celos con alguien, eso fue otro de los motivos por el cuál sus antiguas parejas le habían reclamado. Pero Jimin no podía hacer nada, simplemente su omega rechazaba a cualquiera que se acercara y aunque estaba completamente preparado y lubricado, su lobo gruñía y arañaba con enojo cuando querían siquiera acercarse a él.

Llegó al punto en el que sólo tenía relaciones sexuales con alguna que otra persona para saciar sus necesidades fuera de su estado de celo, resignado a encontrar a alguien al que su omega aceptara. Así que pasaba sus tarde en la empresa con alfas idiotas como en aquel momento.

-¡Ya basta!- con firmeza cortó la mitad de la presentación que una mujer alfa pelirroja estaba exponiendo -Solo les pedí que buscaran a los artistas más conocidos y buscados en estos momentos, pero me traen a un montón de gente que ya son famosos pero es más de lo mismo- respirando hondo se paró de su silla con elegancia y firmeza -Quiero que entiendan una vez en su vida que puede ser que un famoso cantante haya sido bueno en su tiempo, pero ahora, en estos momento, hay artistas que rompieron y siguen rompiendo récords inigualables y son mucho más demandados por sus fans- explicó barriendo su mirada por toda la sala, quería reírse de las caras de idiota que tenían sus empleados.