Lectora x Husbando (Lemons)

🖤Levi Ackerman🖤

Cuando el pasaba todo el mundo se inclinaba ante su presencia. Varias de nosotras estábamos solo para servirle. Por la fuerza todas nosotras debíamos respetarlo es muy descarado de su parte. Juro acabar con ello

¡¡Atención!! -Anunciaron- Su majestad Levi Ackerman

Todas reverenciamos su presencia sin verle la cara porque sería una falta de respeto a su "majestad" Si claro, nos castigarían por solo respirar en su presencia. No lo soporte más  y me arme de valor y finalmente hablé

¡¡¡PRÍNCIPE!!! -grite saliendo de la fila de señoritas-

El simplemente volteo a verme, todos me miraban y pensaban que ya perdí la cordura. Pero quien no lo haría, lejos de mis hermanos, vendida como una esclava sin decir que aquellos bastardos asesinaron a mis padres ¡No perdonaré sus actos!

Cuando el finalmente iba a hablar apareció la señorita encargada de nosotras quién nos llevo a regreso con las demás. Apuesto que me castigarían por mis acciones.

Al llegar a nuestros lugares me senté sobre la pequeña cama que había y pensé en ellos. Mis hermanos Zeke y el pequeño Eren, soy responsable de ellos demonios los extraño tanto.

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Después de dos días por la noche llegaron varias chicas que estaban corriendo por vestidos hermosos. ¿Que había pasado? Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien entro a la habitación

Están todas listas -todas afirmaron claro a excepción de mi-

Rápidamente dirijo su mirada a mi y me tomo la mano con brusquedad casi tirándome. Me queje pero no le importo

Levántate -ordeno- Su majestad desea verte

¿Que? -fue lo único que salió de mi boca-

Así es -me miro y volteo a otro lado- Preparen un baño y ropa limpia para ella -ordeno nuevamente-

Me llevaron a los baños donde dos mujeres comenzaron a lavar mi cuerpo y mi cabellos. Típicos protocolos del palacio. La ducha termino y me pasaron el vestido que me pondría.

Me vestí y colocaron unos collares y una pequeña diadema de perlas en mi cabeza seguido colocaron un poco de perfume y colocaron un velo sobre la diadema.

Me llevaron por el pasillo y mientras caminaba me decían que debía hacer.

Al entrar baja la cabeza -empezó a decir la señorita- Debes hacer una reverencia y luego con su permiso entras completamente a sus aposentos

Se cómo comportarme -dije con un tono frío,  no me interesaba nada si iban a regañarme o a casarme con alguien no me importaba-

Bien -sonrió ella- Hemos llegado -volvió a hablar- Díganle a su majestad que ella está aquí

Tal y como ella dijo un hombre con la cabeza agachada pues no debían verme  entro y aviso de mi presencia en el lugar. Cuando el salió me permitieron entrar

Hice lo que me enseñaron. Agaché mi cabeza provocando que el velo cubriera mi rostro hice una reverencia y espero su permiso. El se mantenía de espaldas, lentamente se volteo y me miró

Pasa -ordenó con firmeza y me acerque-

No dijo nada y yo no debía hablar sin su permiso. De verdad estaba harta tenía prohibido respira sin su permiso, pasear sin su permiso, hablar sin su permiso. Todo eran una prohibición. Ni siquiera podría enviar cartas porque podrían castigarme y acusarme de traición.