Fuutarou abrió los ojos en un lugar desconocido. El entorno era oscuro, casi etéreo, y el silencio era tan denso que parecía asfixiante. Miró a su alrededor, pero no pudo discernir ni un solo detalle que le diera una pista de dónde estaba o cómo había llegado allí. Solo una cosa era clara: nada bueno saldría de esto.
Mientras tanto, Kintarou, ahora en control del cuerpo de Fuutarou, caminaba por las calles de la ciudad, disfrutando de la sensación de libertad. No tardó en meterse en problemas. Un grupo de hombres rudos lo desafiaron, y sin dudarlo, Kintarou aceptó el reto. La pelea fue brutal, pero Kintarou, sorprendido por la fuerza y resistencia del cuerpo de Fuutarou, se mantuvo en pie, disfrutando de cada golpe como si fuera una prueba de su recién adquirida libertad.
Kintarou: Este cuerpo... Es más fuerte de lo que creía. Fuutarou se ha estado conteniendo todo este tiempo... Pero ahora, con este control, puedo llevarlo al límite. Sin remordimientos, sin frenos.
Mientras tanto, Ichika había regresado a su departamento, el corazón aún acelerado por lo que acababa de presenciar. Al abrir la puerta, encontró a Yotsuba e Itsuki sentadas en la mesa del comedor, concentradas en sus tareas.
Ichika: ¿Dónde están las demás?
Yotsuba: Salieron de compras hace un rato. ¿Y tú? ¿Todo bien?
Itsuki: Ichika, te ves pálida. ¿Te pasa algo?
Ichika: No... no es nada. Solo estoy cansada.
Se apresuró a su habitación, cerrando la puerta tras ella. El rostro de Fuutarou retorciéndose de dolor, su voz hablando con alguien que no estaba allí, todo se repetía en su mente como un eco interminable. Pero, ¿con quién estaba hablando? ¿Qué significaba todo esto?
En otro lugar, Kintarou caminaba por un callejón oscuro, tratando de aclarar su mente. Había disfrutado de la pelea, pero algo lo inquietaba. A pesar de tener el control, sentía una punzada en su corazón, algo que no podía ignorar. De repente, su mente fue invadida por recuerdos, imágenes de su hermana Raiha, de su padre Isanari, de su infancia. Luego, aparecieron imágenes de Takebayashi y una niña misteriosa, una figura que no lograba identificar.
Kintarou: ¿Qué es esto? ¿Por qué estoy recordando esto ahora? ¿Quién es esa niña... y por qué me afecta tanto?
Pero antes de que pudiera profundizar en esos pensamientos, otro conjunto de recuerdos emergió. Esta vez, eran las quintillizas Nakano. Cada una de ellas, con sus sonrisas, sus voces, sus momentos compartidos. Pero esos recuerdos traían consigo una carga emocional que Kintarou no podía soportar.
Kintarou: ¿Por qué estas chicas? ¿Por qué ellas? No... no puedo permitirme sentir esto. Debo... debo mantener el control.
De vuelta en el lugar desconocido, Fuutarou veía una luz en la distancia, una luz que parecía llamarlo, prometiéndole una salida. Con la determinación de recuperar su cuerpo, comenzó a caminar hacia ella. Pero justo cuando estaba a punto de alcanzarla, una voz resonó en su mente, una voz que lo detuvo en seco.
Kintarou: N-no lo harás... Fuutarou. Aún no es tu momento.
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El Reflejo de una Mentira [Remake]
Mystery / ThrillerSimplemente una mejora de la historia "Las Consecuencias de una Mentira", le he cambiado bastante y quienes no la recuerden o algo no importa ya que todo es diferente, por eso decidí cambiar el título, pero he dejado la palabra Remake.