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-Jaehyun, abrazame- exigió el mayor con voz autoritaria, y el alfa en modo automático lo rodeó con sus brazos, dejando que ambos pechos estuvieran aun mas pegados.

La imagen era comprometedora, Yuta mantenía sus piernas a cada lado de las caderas de Jaehyun en cuanto su torso entero estaba recostado sobre el pecho fuerte del menor, al igual que su cabeza, que estaba muy cerca de hundirse en el hueco de su cuello, su respiración se sentía caliente justo allí, causandole cosquilleos a su esposo, que luchaba por mantener sus manos solo sobre su espalda, dando suaves caricias que el omega parecía amar, delicados toques lejos de una connotación sexual, porque eso no era lo que Yuta estaba buscando.

A solo días de que el celo de su esposo se manifestara con todo su esplendor se encontraban en una fase que el alfa decidió nombrar como "pre celo", porque siempre sucedía, no tenía idea de si otros omegas pasaban por lo mismo, pero Yuta definitivamente sí. Eran días donde sólo quería ser mimado, que lo trataran de forma suave y con delicadeza, entonces Jaehyun no podía negarse a ello, porque aunque muchas veces se quejara, el adoraba ser participe de esta fase, llenarlo de pequeños besos y carcias, atender sus tontos berrinches y satisfacer sus caprichos.

-¿Estás cómodo?- preguntó el menor, esperando que dijera que no, porque él definitivamente no lo estaba.

Amaba mimarlo, sí, pero esa no era la posición correcta, las cosas podían salirse de control y no necesitaba a Yuta enojado, unos meses atrás cometió el error de pensar que el omega querría llevar las cosas más lejos, pero estaba tan equivocado... terminó con su esposo llorando, diciéndole que era un insensible por solo pensar en él como un objeto de placer y no como a un esposo al cual consentir; desde allí supo que él sólo quería sentirse amado en esos días previos, no deseado como cuando estaba en pleno celo.

-Sip- respondió bastante seguro, sin pensarlo dos veces -¿Quién dijo que pararas con las caricias?

El menor rodó los ojos pero no replicó, continuando con las caricias del inicio de su espalda a la espalda baja, todavía no tenía permitido ir más abajo, la respuesta de Yuta fue inmediata, suspirando complacido, tanto que sus feromonas comenzaron a llenar la habitación con su dulce aroma, relajando a su vez a Jaehyun, su parte alfa se rendía totalmente ante el aroma de su omega, por lo tanto era una acción que les agradaba a los dos.

Todo parecía ir bien, estaban acurrucados proporcionandose calor mutuamente y dándose cursis muestras de afecto, pero cuando de la nada el pecho de Yuta comenzó a subir y bajar con rápidez y también empezó a sorber su nariz con bastante continuidad, Jaehyun entendió que las hormonas alteradas de su esposo comenzarían actuar.

-¿Ahora que sucedió?- farfulló con amabilidad, buscando el rostro de su esposo, pasando de acarciar su espalda a acariciar sus suaves cabellos.

Su omega hipó, dejandole ver su rostro con rosadas mejillas y nariz, Dios, era tan adorable, pero no era momento de pensar eso, el mayor estaba pasando por una loca lucha hormonal.

-Es que e-eres hermoso- gimoteó como si de un gran problema se tratase.

Jaehyun no sabía si reírse o tomarlo en serio, pero al notar algunas lágrimas descender de sus cristalizados ojos supo que las hormonas no estaban de juego.

Les gustaba mucho jugar con el psicólogo de su esposo ¿verdad?

-Lo sé ¿Pero que sucede con eso?- insistió el menor.

Yuta lo miró con seriedad, como si estuviera haciendo una pregunta totalmente estúpida que no merecía respuesta.

-Que todos lo notan- siguió comentando entre hipidos -Como la estúpida del supermercado, querrán arrancarte de mis brazos.

¿Su esposo de verdad estaba llorando por eso? Rió bajito tratando de no ser escuchado por el mayor, a partir de ahora los días antes del celo serían sus favoritos.

-Eres el más precioso- finalmente comentó, reemplazado el semblante serio de su omega por una radiante sonrisa, porque era lo que realmente quería oír.

El omega se acercó lentamente a su rostro, con toda la intención de unir sus labios con los contrarios, juntandose como siempre solían hacerlo, no tardaron en moverse en sintonía, las manos de Jaehyun no tardaron en moverse hacía su cintura, apretando justo allí, sin dejar de buscar más y más en los labios de su amado, el jadeo complacido de Yuta le dio pase libre para tomarlo con más fuerza para recostarlo sobre el colchón de su cama y siendo esta vez él el que ocupara la posición arriba del mayor.

Sus labios pasaron de su boca hacía su mentón, y subieron hacía sus mejillas, nariz y párpados, no haría nada que el otro no quisiera, pero las manos del omega paseándose por su espalda le daban otra señal.

Pero nunca nada fue tan fácil para una pareja con un bebé, porque en ese precioso instante el sollozo de su cachorro llegó hasta sus oídos, siendo como una alarma que los obligaba a separarse.

-Mi bebé- dijo de repente el omega, empujando a su esposo lejos de él, botandolo para que su espalda tocara también el suave colchón.

Jaehyun se quejó en voz alta, inconforme con tener que despegarse del omega.

-Déjalo llorar- pidió entre falsos sollozos que no fueron escuchados, pues Yuta ya se había levantado yendo al rescate de su bebé.

El alfa se preguntaba, ¿a caso su hijo odiaba que estuviera totalmente feliz encima de su esposo? Porque podía jurar que así era.

Poco después Yuta entró con el cachorro en brazos, a penas podía abrir sus lindos ojitos, pero podía notar el regocijo que la situación le causaba en su adorable sonrisa de cuatro pequeñísimos dientes de leche.

"Uhm, aquí huele como a diversión arruinada"

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𝘽𝙖𝙗𝙮 𝙩𝙝𝙤𝙪𝙜𝙝𝙩𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora