Extra dos

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Se levantó de su cómodo lugar caminando hacía el alfa que terminaba de quitar sus zapatos, este le dirigió una mirada acompañada de una sonrisa luego de notar el aroma de Yuta, al parecer este estuvo pensando algunas cosas de las que no hablarían en voz alta pero podía reconocer ese olor donde fuera, el omega al notarlo golpeó su hombro porque él también conocía mucho de su esposo y sabía lo que quería transmitir con esa sonrisita descarada.

-No digas nada al respecto, no es momento- advirtió el mayor con sus mejillas encendidas -¿pasó algo con Shotaro?

El menor rió, su omega se avergonzaba demasiado rápido, pero no incomodaría tan temprano con el tema.

-No lo sé, estuvo callado todo el camino- respondió este.

Yuta asintió, su instinto no podía equivocarse.

-Hablaré con él ahora, creo que algo no anda bien.

-¿Y lo verás oliendo así?- se burló Jaehyun, recibiendo una mirada para nada amigable del omega, lo tomo entonces abrazandolo por la cintura restregando su cabeza en el cuello del mayor.

-Ya, ya alfa tonto, primero el cachorro- lo alejó de él escuchando como se quejaba pero no le importó y se dio la vuelta.

Caminó por el pasillo de su casa hasta llegar y pararse frente la puerta de su hijo, sin tocar antes abrió la puerta, encontrándose apenas con un bulto de sábanas en la cama, sus zapatos estaban allí tirados a pesar de que él había dejado claro que los zapatos iban en la entrada, entonces debe ser algo serio.

Entró a la misma, sentándose a un lado del bulto que era su hijo, posando una de sus cálidas manos sobre las sábanas, este ni siquiera se movió.

No sabía como iniciar, ¿y si sólo estaba cansado? Aún así su omega no dejaba de lloriquear dentro de él, siempre se sentía de ese modo cuando sospechaba que algo sucedía con su hijo.

-¿Sucedió algo en la escuela, cachorro?- preguntó, su voz cálida era lo único que podía escucharse en la habitación- Puedes decirme que te está incomodando, porque se nota que no estás bien, muy a penas me saludaste allí afuera.

Escuchó a Shotaro suspirar y finalmente se removió, pero sin embargo dejó la sábana cubriendolo justo como estaba.

-Sungchan se presentó como alfa hace unos días- respondió el menor.

-Oh- fue lo único que pudo decir, eso ya lo sabía, las tardes de un buen chismesito junto a Jennie y Renjun seguían muy presente en su vida

-¿Y qué hay de malo en eso?

Por un momento empezó a crear sus propias teorías en su mente, pero esperó que su hijo hablara.

-Es que...- empezó diciendo -soy el único en el salón que no se ha presentado.

Algo en él se sintió mucho mejor al escuchar eso, al menos no era algo grave como pensó, quiso soltar una risita por lo dramático que estaba siendo su hijo pero prefirió no hacerlo, a veces le mente de los adolescentes era difícil de comprender.

Los cachorros empezaban a presentarse mas o menos a la edad de nueve años, por eso no era demasiado extraño que los chicos del salón de su hijo ya tengan sus castas definidas, pero aún estaba a buena edad, cada cuerpo es diferente.

-¿Y qué pasa si estoy defectuoso?- preguntó el menor, esta vez dejando ver su cara, Yuta pudo ver dejes de algunas lágrimas y negó.

-Taro, cada cuerpo es diferente, todos tienen su tiempo correcto- respondió y luego le regaló una hermosa sonrisa pasando sus manos por su rostro, dejando una caricia -No importa la edad, no hay porque apresurarse, ¿te molestan por eso?

El niño negó, pero Yuta no confirmar que no fuera así, los niños y adolescentes llegaban a ser muy crueles.

-Pero ya no quiero ser un cachorro.

-Así tengas cincuenta años seguirás siendo mi cachorro, no le des demasiada importancia a eso ahora, eres un chico sano, hace poco fuimos al médico por una visita rutinaria ¿no recuerdas?- se acercó para abrazarlo, su aroma a bebé seguía presente aún cuando podía notar la fragancia masculina de uno de los perfumes de Jaehyun, ni siquiera había notado en que momento se lo había echado.

Entró en razón de que en algún momento el aroma de su cachorro cambiaría, sintió melancolía ante el pensamiento, su bebé no olería más a bebé.

-Apestas a papá- dijo este frunciendo su nariz, abrazandose al cuello de su padre, haciendo lo que este había hecho minutos atrás, tratando de dejarlo con su aroma, rió al recordar las muchas veces que había hecho esto cuando estaba más pequeño.

-Ahora cuéntame la verdad- retó separándose de él -¿hay muchas omegas detrás de Sungchan?

El rostro de su hijo se tornó rojo, enojado por sus palabras, él sabía que a Shotaro no le gustaba cuando le decía alguna cosa como esa y mucho menos referente a ese niño que le parecía tan molesto, pero siempre era gracioso hacerlo enojar.

-¡No da risa! ¡Papá!

𝘽𝙖𝙗𝙮 𝙩𝙝𝙤𝙪𝙜𝙝𝙩𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora