⚡Problemas De Conexión⚡ (Fanfic Duxino)

⚡Capítulo 23⚡

Esa frase había dejado a Aquino helado, él también extrañaba a Duxo, y por eso detestaba lo que estaba haciendo. Se supone que Aquino se alejaría de él para no hacerse más daño, para dejar de torturar su mente con pensamientos dolorosos, para dejar de sentir que cada vez lo necesitaba más, y ahora el imbécil estaba ahí, con esos ojos profundos mirándolo con súplica diciéndole que lo extrañaba, que quería arreglar las cosas.

Pero sus pensamientos eran más fuertes que su propia razón, Aquino no volvería a lo de antes, a sus dudas e inseguridades, a su cabeza diciéndole y repitiéndole que si no era él quien se alejara de Duxo, sería Duxo quien lo alejaría, y eso era algo que Aquino no estaría dispuesto a soportar.

"¿Y cómo piensas arreglar esto?" Duxo lo miró expectante "no puedes, tendrías que arreglar todo lo que hice, y ya es muy tarde para eso"

"¿A qué te refieres?"

"¡A que todo esto es mi culpa!" los ojos de Aquino se cristalizaron "tu no has hecho nada malo Duxo; el del problema soy yo" vio como Duxo intentó acercarse para consolarlo, pero Aquino no se lo permitió, aún entre su voz cortada y el nudo en su garganta tenía que hablar, "Yo me he sentido... extraño contigo, desde el viaje siento como, no lo sé, como si quisiera estar siempre contigo, siento que te extraño... más de lo normal, y me asusta" mordió su labio tratando de contener sus sollozos, pues sus lágrimas ya habían empezado a caer "creo... que esto que estoy sintiendo hará que me dejes, que lo que hago hará que ya no quieras estar conmigo... maldita sea, ¡te hice creer que eras un juego, Duxo, y no es así!"

"Aquino, yo no..." Duxo tomó a su amigo por los hombros, pero este nuevamente se negó.

"Duxo, por favor, vete"

Duxo lo miró desconcertado, no tenía el corazón para dejar a Aquino en ese estado "No, Aquino, no puedo irme y dejar las cosas así"

"Duxo" Aquino se levantó frente a su amigo "No es una pregunta, vete ahora". Se acercó al más bajo tratando de verse intimidante pero Duxo solo descifraba súplica y temor en el rostro de Aquino, "por favor, Duxo, si no te vas yo..."

"¿Tu qué? ¿me echarás a patadas? ¿te quedarás llorando aquí solo? perdóname pero no voy..." Pero Duxo no pudo terminar la frase.

Aquino no supo cuál fue el motivo, si era la cercanía y el desespero que lo consumía, o ver nuevamente aquellos ojos los cuales ya sabía que eran su debilidad, lo único de lo que se enteró era que nuevamente, luego de un largo tiempo, estaba sobre los labios de Duxo, besándolo con intensidad y ternura a pesar de sus emociones alborotadas. La sensación le brindó nostalgia, soñó varias veces con ese beso, pero había olvidado como se sentía el simple roce de sus labios.

Mientras el menor movía sus labios suavemente Duxo trataba de asimilar todo aquello. ¿Eso era a lo que Aquino le temía? ¿a no ser correspondido? ¿por eso trataba de alejarlo a toda costa? No pasó mucho tiempo hasta que se separaron, mirándose a los ojos directamente, Duxo notó temor en la mirada de su amigo.

"Duxo... perdón... yo..." Las lágrimas y sollozos ya no le permitían hablar. Aquino se sentó nuevamente en el sillón cubriendo su rostro con sus manos. Su mente le repetía una y otra vez lo mismo: "la cagaste, la cagaste, ¡la cagaste!" y era verdad, la había cagado, si antes había una oportunidad, una esperanza de que Duxo siguiera a su lado, ese beso la había arruinado. ¿Ahora qué? ¿Duxo se iría? ¿lo abandonaría? ¿lo odiaría? Todas las posibilidades lo aterraban, sin embargo, para su sorpresa, nada de eso pasó.

Sintió a Duxo apartarle las manos del rostro con delicadeza, Aquino alzó la vista encontrándoselo arrodillado frente a él, con una expresión preocupada; la mano de Duxo pasó al rostro de Aquino, secando su mejilla húmeda mientras acercaba nuevamente sus rostros "Aquino" susurró "Yo no podría alejarme de tí".

Esta vez fue Duxo quien lo besó, ambos corazones dieron un vuelco ante el contacto. Ese beso no era como los otros, era honesto, liberador y reflejaba un sentimiento mutuo.

Duxo acariciaba con mimo el rostro de Aquino mientras que llevaba su otra mano al pecho del más joven, justo a su corazón, como si quisiera acariciar ese corazón exhausto de pensamientos horribles, pero ya no debía ser así, Duxo lo protegería de todo eso, y ese beso se lo estaba dejando en claro.

Aquino por su parte trataba de analizar la situación, todo este tiempo había estado equivocado, estaba tan sumido en sus propias suposiciones que no se le ocurrió otra posibilidad diferente al abandono, pero ahora, esa posibilidad estaba ahí, frente a él, besándolo como nunca lo habían besado antes, Duxo era su mejor posibilidad, su mejor variante, su mejor consuelo, y ya no lo dejaría ir.

Aún con cierta timidez, Aquino pasó sus brazos alrededor del cuello de Duxo, correspondiendo el beso.