4. Nuestra extraña amistad

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—Jaque mate.

—¡¡¡Nooooooo!!!

Saburota emite un fuerte grito indignado, a la vez que se hace bruscamente hacia atrás en su asiento. Hyakkimaru cubre de inmediato sus oídos con sus manos, frunciendo la boca en una clara señal de molestia. Shiranui, por otro lado, ignora el escándalo de su amigo mal perdedor al que está tan acostumbrado, y analiza con un inmenso interés el tablero de ajedrez.

—Hyakki ¿¡Qué te parece una sola partida más!? —Le pide Saburota. Aunque más que un pedido, suena más bien como una especie de amenaza.

—Eso dijiste hace dos partidas. —El mencionado responde con desgano, desviando la vista más que desinteresado—. Es aburrido jugar ajedrez contigo.

Ante esas palabras sinceras, Saburota pone la misma expresión de alguien que acaba de chupar un limón. Como si no fuera ya lo suficientemente humillante, Shiranui ha comenzado a burlarse de él con fuertes carcajadas.

—Vamos Hyakki —insiste, esforzándose por sonar amigable—, dame solo una oportunidad más. Tal vez, esta vez sí logre obtener la revancha.

Hyakkimaru dirige su mirada de su alto amigo al tablero de ajedrez unas cuantas veces. Después, enarca una ceja con semblante pensativo. Luego de un instante de reflexión, le responde con indiferencia:

—Obtener una revancha es imposible para ti. Tu pensamiento analítico es obtuso, por eso nunca has podido ganarme en el ajedrez, y dudo mucho que en algún momento puedas hacerlo.

Una vez omitida su opinión, Hyakkimaru empieza a guardar el tablero de ajedrez, ocasionando que Saburota observe sus acciones con cara de cachorro regañado. Este semblante solo dura unos segundos, pues lo sustituye por uno malhumorado apenas escucha como Shiranui comienza a reírse más fuerte que antes.

—¡Obtuso! ¡¡Acaba de decirte que eres un obtuso!! —Las palabras de Shiranui apenas pueden entenderse, pues está envuelto en un ataque de risa— ¡Si hasta para humillar a los demás, sabe hacerlo con estilo!

—Solo cállate ¿quieres? —Continua Saburota, entrecerrando sus ojos.

—¿Sabes cómo voy a decirte a partir de ahora?

—No...

—Sa...

—No te atrevas...

—¡¡Sabobtuso!!

Ya lo veía venir. Uno de los pasatiempos favoritos de Shiranui, es ponerle toda clase de apodos extraños, los cuales varían con el tiempo. No puede más que dejar su cabeza apoyada contra la mesa, preguntándose cuanto va a durarle el gusto por ese nuevo apodo.

Hyakkimaru simplemente observa con tranquilidad como Saburota está medio muerto encima de la mesa, y Shiranui sigue riendo como un maniático. Se encoge de hombros y sigue guardando con cuidado las piezas de ajedrez. Es un comportamiento más que cotidiano entre ellos. Mientras algo no se salga de su rutina habitual, él no tiene porque alarmase, ni darle mayor importancia al asunto.

—Vamos Sabobtuso, no tienes por qué sentirte mal. —Hasta que Shiranui logra calmar su risa, es cuando intenta animarlo. Incluso le da unas palmaditas en su espalda—. Todos somos buenos y malos en algo. Sabes bien que es casi imposible que alguien le gane a Hyakkimaru en el ajedrez. La única que puede competir con él es Mutsu, y está bien. Nosotros somos una bola de obtusos, y debemos aprender a vivir con eso.

Saburota vuelve su vista lentamente hacia su amigo, encontrándose con que este le muestra una pequeña, pero cariñosa sonrisa. Apenas sus ojos se encuentran con esos peculiares orbes olivo, comienza a calmarse.

Blue Lullaby [Dororo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora