Parte Única

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Lo último que divisa MinHo antes de atravesar las puertas de dicho club, es aquel atrayente letrero en rojo neón que lleva escrito el nombre del local, el mismo que, es consciente, lleva visitando desde hace un par de semanas atrás.

No puede evitar recordar perfectamente la primera vez que estuvo allí; el haberse perdido por aquellas calles desconocidas un sábado en horas de la madrugada, con su grupo de inseparables amigos y unas cuántas copas de más, adquiriendo luego una costumbre de regresar cada que se le era posible. MinHo sabe el por qué, él conoce sus intenciones.

La iluminación es atrayente, siendo regidos por luces de colores que titilan casi al compás de la música, alumbrando las figuras dispersas bajo las mismas. MinHo va solo, a excepción de aquella primera vez, él siempre va solo. Sus pies, bastantes familiarizados con el sitio, lo recorren confiados hasta llegar a aquella mesa igual de conocida y que por alivio lo espera vacía. Toma asiento y rápidamente encarga su primera bebida de la noche. Una básica y simple cerveza.

La música no desvaría mucho de lo que está acostumbrado a escuchar allí. El sonido de guitarra eléctrica, un bajo pesado, batería alegre y voces rasposas es lo que retumba en las paredes y hace eco en sus oídos. MinHo sonríe relajado y cierra los ojos, disfrutando de aquella pequeña sensación de placer auditivo íntimo. La elección musical suele atinar mágicamente con sus gustos, siendo una importante razón por la que termina regresando... pero no la principal.

El asiento hecho de cuero cruje con suavidad a su lado y un peso es sentido colocarse a una distancia prudente a él. Una sensación de deja vú.

"Llegas más tarde de lo habitual".

MinHo no es tomado por sorpresa cuando escucha la voz anteponerse a la música y voces lejanas, y mientras se aguanta esbozar una sonrisa de anticipación, abre los ojos con suavidad; ladea el rostro hacia su derecha. Allí, sentado junto a él, yace una figura de un apuesto muchacho que, aunque pobremente iluminado, puede reconocer al instante. Éste no lo observa, tiene la mirada dirigida al frente y una sutil curva dibujada en sus labios. MinHo se dedica a admirar su perfil unos segundos de forma inconsciente, quizás algo largos, porque aquellos orbes que antes lo evitaban buscan con curiosidad los suyos, en espera de una respuesta a su silencio. Su cabello negro y brillante, aparentemente recién humedecidos. Sus ojos resaltados en delineador negro, luciendo misteriosos gracias a aquel leve ahumado que decora sus párpados. Labios rosas, delgados y apetecibles. Quizás está demasiado absorto, quizás debería responder.

Quizás se ve como un tonto quedándose mirándolo de esa forma.

Pero no hay mucho que MinHo pueda hacer para evitarlo.

"¿Oh?" ¿Etas monitoreando mis visitas?", bromea, tirando solo de una de sus comisuras al hablar. El adverso ríe divertido y él prosigue, "Hoy fui atacado con más trabajo de lo habitual", explica, y los orbes impropios estudian ahora su figura, comprendiendo.

"¿Entonces... estabas tan apurado por venir que no pensaste en cambiarte el uniforme?"

MinHo ríe, mientras se observa fugazmente a sí mismo. Aún trae consigo el traje casimir gris que diariamente usa, con corbata incluida.

"¿Por qué? ¿No te gusta?"

"Oh, no, no... te ves excelente en saco y corbata", el muchacho comenta, para después pasearse la lengua por sus labios aún curvados, "muy sexy".

MinHo siente un escalofrío recorrer su nuca.

"No, ChangBin", susurra, y su voz sale algo áspera esta vez, "eres tú, ¿Cómo diablos puedes verte tan bien cada noche?"

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2022 ⏰

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